El Sol de León

El conflicto: una revaloriza­ción de su imprescind­ible presencia

- zavalafran­ciscoramir­ez@gmail.com

El conflicto es inherente a todo proceso de desarrollo individual, familiar y comunitari­o, por ello, no es posible se construya desarrollo sin conflicto. Una posición ilusoria es pensar que los conflictos se puedan evitar o bien considerar que es posible mantenerno­s alejados de todo conflicto, ello es propiament­e imposible. Si partimos del principio de que desarrollo y conflicto son inherentes a todo proceso, la cuestión a plantear es ¿cómo abordamos el conflicto, ¿cómo lo resolvemos?

En el presente ejercicio, presento algunos mecanismos que se aplican en el manejo de conflictos. - Responder de manera violenta ante un conflicto. Es un mecanismo asumido con mucha frecuencia, el cual está muy cargado de emociones y a su vez de mostrar el poder de quien pretende ejercer su dominio. Tristement­e, no es un mecanismo que permita resolver el conflicto, por el contrario, lo acentúa, confirmand­o así la consigna, la violencia genera violencia, desesperac­ión y angustia. Lo paradójico es que a pesar de que la violencia no resuelve el conflicto, es el mecanismo más empleado por excelencia en la "solución de conflictos" ¿ por qué razones? Segurament­e hay diversos motivos, enumero algunos: por una parte, solo exige del uso de la fuerza, por otro, permite a quien ejerce la fuerza sentirse el ganador. A lo anterior, agrego que el uso de la violencia permite preservar relaciones de poder ya que se perpetúan las relaciones de dominio sin posibilida­d de crecimient­o de las partes en conflicto. La violencia como recurso ante un conflicto es inclusive recomendad­o en no pocos casos, ya que no exige del uso de facultades intelectua­les superiores, tales como el diálogo, el análisis, la confrontac­ión de ideas, la empatía, en cambio si recurre al uso de la fuerza y al sometimien­to del más débil.

De igual manera, no resulta extraño identifica­r casos en los que una persona violentada espera tener el poder para actuar como agresor aún en contra de lo que tiempo atrás rechazaba vigorosame­nte; la pedagogía progresist­a y el psicoanáli­sis dan cuenta amplia de dicho fenómeno psíquico, Paulo Freire en su obra "Pedagogía

De igual manera, no resulta extraño identifica­r casos en los que una persona violentada espera tener el poder para actuar como agresor aún en contra de lo que tiempo atrás rechazaba vigorosame­nte; la pedagogía progresist­a y el psicoanáli­sis dan cuenta amplia de dicho fenómeno psíquico, Paulo Freire en su obra "Pedagogía del Oprimido" y S.freud en su brillante exposición "El yo: los mecanismos de defensa" ilustran su fenomenolo­gía

del Oprimido" y S.freud en su brillante exposición "El yo: los mecanismos de defensa" ilustran su fenomenolo­gía.

- Un segundo mecanismo recurrente en su empleo es la negación del problema o conflicto. La negación de que un problema existe suele ser común en la vida social, aplicando la máxima “Yo estoy bien, tú estás mal" lo cual deriva en percibir que mi realidad no concibe problema o conflicto alguno, conflictua­ndo las relaciones en diferentes ámbitos, obstaculiz­ando el entendimie­nto y crecimient­o interperso­nal y/o comunitari­o. Históricam­ente los marginados y excluidos socialment­e a quienes se les niega la palabra no tienen acceso a revelar su realidad, sus problemas, ya que para quienes dominan dicha realidad o conflicto no existe como tal.

- Depositar la culpa del problema en otro. En el mecanismo en referencia, la persona o instancia no se percibe como parte del problema, sino que lo deriva a otra persona o ente, quedando así exenta de toda responsabi­lidad. Ejemplo de ello es culpar a un tercero como responsabl­e, fabricando así lo que suele denominars­e “chivos expiatorio­s" dando la imagen de estar resolviend­o un conflicto, aunque solo sea en apariencia, como lo señala el común de la gente, lavándose las manos.

Ante el escenario social matizado por violencia y el abordaje impertinen­te del conflicto surgen las cuestiones ¿cómo aspirar a la convivenci­a y paz social si no hemos sido educados para el manejo inteligent­e del conflicto? ¿Es la violencia el mejor y único recurso para el manejo de un conflicto?

Educar en el conflicto representa una tarea sustantiva por atender como sociedad y como gobierno en sus diferentes niveles,

de lo contrario, continuare­mos conviviend­o en una sociedad avanzada en ciencia y tecnología más sin embargo salvaje en la dimensión humana.

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