Contra la delincuencia, unidad. No hay más
En un escenario cada vez más globalizado, los grupos criminales han encontrado en la transnacionalización del crimen una herramienta poderosa para expandir sus redes delictivas y operar en territorios diversos, aprovechando las debilidades de los sistemas de seguridad y cooperando con otros grupos a nivel internacional.
Este fenómeno es un secreto a voces y lo han revelado autoridades mexicanas y colombianas, pero poco eco han tenido, a pesar de los graves daños y las vidas que esto está costando.
Los grupos delincuenciales actúan como empresas, tienen sus clústeres criminales en varias partes del país y sus CEO son extranjeros contratados para ello. Esto representa una grave amenaza para la seguridad no solo en Colombia, sino también en México, donde se han detectado casos alarmantes de extranjeros involucrados en delitos como el narcomenudeo y el homicidio doloso.
La información proporcionada por la Fiscalía General de Guanajuato revela una preocupante tendencia: desde 2015 hasta enero de 2024, se abrieron 98 carpetas de investigación contra personas de origen extranjero por delitos relacionados principalmente con el narcomenudeo y el homicidio.
Estos números ponen de manifiesto la presencia y la actividad delictiva de individuos de diversas nacionalidades en el estado, con hondureños, estadounidenses y colombianos ocupando los primeros lugares en cuanto a la probable comisión de delitos.
El modus operandi de estos grupos criminales extranjeros parece centrarse en el narcomenudeo y los homicidios, delitos que han dejado un rastro de violencia y desestabilización en Guanajuato.
La presencia de exmilitares y expolicías colombianos en la comisión de asesinatos plantea un desafío las autoridades locales y nacionales, que deben enfrentar una amenaza que trasciende las fronteras y requiere una respuesta coordinada y eficaz.
Si bien las autoridades locales han respondido con determinación a los actos delictivos, es evidente que se necesita una acción conjunta y concertada a nivel nacional para abordar este fenómeno de manera integral.
No se puede permitir que las zonas en donde la trasnacionalización del crimen ha arraigado se conviertan en feudos de grupos criminales que operan al margen de la ley y ponen en peligro la seguridad y el bienestar de la población.
Es crucial reconocer que la lucha contra la transnacionalización del crimen no puede limitarse a medidas locales o regionales. Hoy más que nunca se requiere una cooperación estrecha entre los países afectados, compartiendo información, recursos y estrategias para poder enfrentar esta amenaza de manera más efectiva. La colaboración internacional resulta entonces fundamental para desarticular las redes criminales y prevenir la expansión de sus operaciones ilícitas en diferentes territorios.
En última instancia, la seguridad y la estabilidad de Guanajuato y de México en su conjunto dependen de nuestra capacidad para enfrentar la trasnacionalización del crimen con determinación y unidad. Es hora de dejar de lado las diferencias y trabajar juntos en la construcción de un futuro más seguro y próspero para todos.