Rodrigo Alpízar
En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela. Antonio Machado
1. La ilusión como política pública. El presunto secretario de Seguridad Pública del próximo gobierno, Alfonso Durazo, ha ofrecido muchas entrevistas en los últimos tiempos, pero quizá, una que sintetiza el mar de contradicciones en que estará envuelto el gobierno de AMLO es la que concedió al periódico El País, publicada el pasado 8 de agosto.
La rescatamos porque en ella encontramos los puntos neurálgicos de una política pública que carece de los elementos conceptuales mínimos para construir una ruta de navegación sólida y con elementos medibles. Veamos: dice el exsecretario de Fox que, “las mesas de paz serán un instrumento para recoger el punto de vista de la sociedad y sus propuestas, pero no es el único plan”. Y continúa, “la otra pata (sic) de su proyecto tiene que ver con el combate a la corrupción, los programas sociales y la capacitación policial”. Supongamos que el bípedo descrito funciona, lamentablemente aún no sabemos cuáles serán a ciencia cierta dicha políticas. Hasta ahora conocemos en esas tres materias simples enunciados.
Durazo lanza una apuesta temeraria, traza tres plazos para evaluar su gestión: “a los 180 días se hará un corte de caja que servirá para ajustar la eficacia de la estrategia”.
2. El Ejército violador pero indispensable. El exsecretario de Colosio manifiesta que la presencia de Ejército “se creía provisional, pero con ella se ha logrado llevar tranquilidad a algunas poblaciones. Sin embargo, deterioró la imagen de las Fuerzas Armadas por el aumento de las violaciones a los derechos humanos en los lugares donde actúan”. No obstante esta confesión, el sonorense se atreve a decir que, “con los niveles actuales de violencia sería ingenuo pensar en la retirada inmediata del Ejército de las calles”. Y más adelante, sin ningún indicador comprobable, Durazo enfatiza que, “el objetivo es ir formando policías y reemplazarlos por los soldados.” 3. ¿Disminuir la violencia con magia? Durazo lanza una apuesta temeraria, traza tres plazos para evaluar su gestión: “a los 180 días se hará un corte de caja que servirá para ajustar la eficacia de la estrategia. El segundo dentro de tres años, en el que augura que los niveles de violencia serán los de un país de la OCDE, con menos de cuatro homicidios por 100 mil habitantes”. Hoy México tiene 25. “Y, el tercer objetivo, en 2024, será entregar un país en paz”. Por supuesto, dichas proyecciones son loables, el pequeño gran problema es que carecen de fundamento científico. Epílogo. Una pregunta clave: ¿puede haber paz en un país marcado por la desigualdad social y la grosera concentración del ingreso en pocas manos?