Crucifijos y rituales perversos
La indignación crece en la comunidad católica mundial conforme van apareciendo detalles del informe de más de 800 páginas sobre los abusos en Pensilvania contra miles de víctimas. Medios estadounidenses han dado a conocer cómo sacerdotes se valían de rituales religiosos, crucifijos y la amenaza de irse al infierno para poder abusar de menores, según un reporte de un jurado investigador divulgado el jueves. Los “depredadores sexuales” emplearon la fe de las víctimas y su autoridad como líderes religiosos para abusar de ellos y silenciarlos, de acuerdo con testimonios recogidos por los medios estadounidenses. En uno de los casos, un cura ató a una de sus víctimas dentro un confesionario en "una posición de oración". Cuando el menor se negó a mantener relaciones sexuales, el sacerdote usó un crucifijo de 18 centímetros para agredirlo sexualmente. En la rectoría de una parroquia, cuatro curas hicieron que un chico se desnudara y posara como Jesucristo en la cruz mientras le tomaban fotos, indica el reporte. Otro cura dijo a un niño al que estaba acariciando que lo que hacía estaba bien porque él era "un instrumento de Dios".