Netanhayu, cerca de la ultraderecha
JERUSALÉN. El primer ministro Benjamín Netanyahu mantiene una amplia ventaja frente a sus rivales en las elecciones celebradas ayer, con opción de formar Ejecutivo si el derechista Yamina se une a sus socios garantizados, según sondeos a pie de urna.
“Ciudadanos de Israel, ¡gracias! Dieron una gran victoria para la derecha y el Likud bajo mi liderazgo”, celebró en redes sociales Netanyahu, que según medios contactó al líder de Yamina, Naftali Benet.
El juicio por corrupción que afronta Netanyahu no impediría que su partido Likud supere los 30 escaños, mientras que el bloque de formaciones que se enfrentan a él, desde la derecha al centroizquierda, rozaría la mayoría pero con menos posibilidades de formar coaliciones.
“Haré solo lo que sea bueno para el Estado de Israel”, dijo Naftali Benet, líder de Yamina. Con 78 escaños según los sondeos, se perfila como la llave de gobierno para que Netanyahu revalide el cargo, que ocupa ininterrumpidamente desde 2009.
Más de 6.5 millones de israelíes estaban llamados a votar en las cuartas elecciones que celebra Israel en menos de dos años, y de cumplirse las estimaciones de voto, darían por una opción factible para salir del bloqueo político.
Netanyahu ya cuenta con el apoyo de sus socios tradicionales: Shas (ultraortodoxo sefardí) y Judaísmo Unido de la Torá (ultraortodoxo ashkenazí), que según las principales encuestas obtienen en conjunto entre 14 y 16 diputados.
A parte de estos, también tiene garantizado el respaldo del Partido Sionista Religioso, una coalición de extrema derecha y abiertamente homófoba y antiárabe.
Para alcanzar la mayoría de 61 diputados, Netanyahu planea aliarse con la derecha religiosa y también con la extrema derecha