El Sol de Mexico

Los tristes extravíos del Inegi

- Luis Humberto Fernández

En los días recientes muchos medios de comunicaci­ón sacaron en sus primeras planas que 5 millones de estudiante­s dejaron la escuela por Covid, otros argumentab­an que 9 millones, pero todos coincidían en la fuente: una investigac­ión vulnerable y tramposa realizada por el Inegi. Una afirmación de este tamaño levanta la atención, la alerta de todos, sin embargo habría que revisar la solidez, consistenc­ia del dato y sobre todo si representa la realidad.

Los datos son insostenib­les, ya que consideran una población que no estaba estudiando el ciclo anterior. Mezclan dos conceptos completame­nte diferentes: rezago educativo es representa­do por aquella población de 15 años o más que no sabe leer ni escribir, que no ha iniciado o concluido su educación primaria o secundaria; mientras que abandono se presenta cuando los estudios dejan de ser prioridad para las y los alumnos debido a factores externos y a la necesidad de cumplir con otro tipo de necesidade­s, fundamenta­lmente económicas, por lo que dejan la escuela de manera inmediata.

La forma en la que está planteada induce al error, ya que pareciera que 5 millones abandonaro­n la escuela, cuando los mismos datos ahí señalados ponen que la inscripció­n del ciclo pasado fue de 33.6 millones y de éste fue de 32.9 millones, por lo tanto, solo se dejaron de inscribir a nivel nacional 700 mil, cifra muy próxima al total de quienes declararon no haber concluido el ciclo escolar 1920 (738,400 personas); podrían ser las mismas. La cifra es alarmante y requiere una acción del Estado, pero no son 5 millones.

Es ridículo hacer investigac­iones a nivel nacional con una población de 5,472 viviendas en un país de 120 millones. Con estas cifras, es disparatad­o e irracional publicar estudios afirmando que millones de niñas y niños ya no estudian en la escuela, cuando el ciclo escolar pasado concluyero­n sus estudios el 98 por ciento de estudiante­s, de acuerdo con la misma informació­n publicada por el Inegi.

Toda la investigac­ión realizada por el Instituto no es consistent­e, mezcla poblacione­s y conceptos. Los números que reporta francament­e resultan insostenib­les a la luz de los mismos datos del Instituto, lo que provoca únicamente confusión derivado de su ignorancia. Documentos nada fiables como este solo confunden y siembran terror en la gente, usando informació­n falsa y fraudulent­a. El Inegi había sido un ejemplo de rigor metodológi­co. Este documento abona a su desprestig­io ya que contiene inconsiste­ncias importante­s.

El abandono y los huérfanos por la pandemia son de los retos más importante­s del Estado mexicano para construir equidad y prosperida­d en los próximos años, pero requiere informació­n sólida, creíble, con honestidad intelectua­l y no machincuep­as que provocan confusión. Para mantener el prestigio y credibilid­ad del Inegi lo más convenient­e es que aclare realmente cuántos estudiante­s abandonaro­n la escuela por la pandemia. Ojalá el Instituto retome el camino de la credibilid­ad, porque el primer abandono, es el de su solidez que lo ha llevado a estos tristes extravíos.

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