Migrantes mendigan en cruceros de Villahermosa
VILLAHERMOSA. Limpia parabrisas, payasos, vendedores ambulantes, jugadores de fútbol freestyle y familias completas de migrantes se disputan unas monedas en los semáforos de las principales avenidas de la capital tabasqueña. Se trata de una competencia feroz para quienes han hecho de la mendicidad su modo de vida.
William N llegó a Tabasco hace dos meses de Honduras y junto a su pequeña Nancy sortean los autos y el golpe de calor de los más de 47 grados de sensación térmica que se registran en Villahermosa.
“Dos, cinco o 10 pesos, lo que sea es bueno, para poder sobrevivir”, comenta Luy, esposa de William, que junto a sus otras dos hijas intentan convencer a los automovilistas de ayudarlos.
Y es que si bien, las autoridades han podido frenar la entrada masiva de las caravanas de migrantes, el cruce de extranjeros por la frontera sur continúa y son los menores de edad, sin acompañantes, los que más exponen sus vidas.
El fin de semana, el Instituto Nacional de Migración (INM) detectó a tres niños migrantes que viajaban sin ningún familiar, de cuatro, seis y siete años de edad, quienes fueron retornados a Honduras.
Los pequeños –una niña y dos niños— fueron encontrados cuando viajaban con un grupo de 69 indocumentados.
De acuerdo con el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), “el desempleo, el cambio climático y la crisis sanitaria por el coronavirus” son responsables de este “incremento exponencial” en el flujo de indocumentados.