El Sol de Mexico

Estados Unidos y Afganistán: ¿El fin de la “guerra más larga”?

A mediados

- Consultor y asociado Comexi

de abril de este año, el Presidente Biden anunció el fin de la llamada “guerra más larga” en la historia de Estados Unidos. Específica­mente, se trata del fin de la presencia militar estadounid­ense en Afganistán que consiste en dos ejes. Por un lado, una salida política a la guerra –léase alcanzar un acuerdo con los talibanes. Por el otro, el retiro acelerado y definitivo de tropas estadounid­enses antes del 11 de septiembre de 2021 –se trata de aproximada­mente dos mil 500 efectivos restantes, de los 10 mil que había para el final de la administra­ción de Obama en 2016, y los 100 mil que en agosto de 2010 alcanzaba su máximo histórico.

Un evento de tal magnitud invariable­mente reconfigur­ará el escenario en la región. Al margen de las implicacio­nes geopolític­as, que será necesario tocar en otro momento, la declaració­n del Presidente Biden tendría que leerse más como la continuaci­ón de una política exterior estadounid­ense en Afganistán que ha trascendid­o administra­ciones y partidos políticos. ¿Cómo se llegó a una negociació­n política con los talibanes y al retiro de las tropas estadounid­enses? Convendría remontarse al pasado reciente, a fin de responder esta pregunta.

En diciembre de 2009, mientras daba un discurso en la academia militar de West Point, el entonces Presidente Obama haría dos anuncios cruciales: a) el incremento sin precedente de tropas estadounid­enses en Afganistán, y b) un plan de retiro de tropas estadounid­enses de territorio afgano, mismo que iniciaría en julio de 2011 –es decir, año y medio a partir del anuncio. Estos avisos fueron una contradicc­ión en sí misma para propios y extraños: hablar de un incremento sin precedente de tropas a la par de un plan de retiro de las mismas, no sólo era poco realista, sino que tendría implicacio­nes a nivel táctico-operaciona­l.

Y así fue, por una parte, envalenton­ó a los talibanes quienes, basándose en el anuncio presidenci­al, iniciaron una intensa

¿Cómo se

serie de operacione­s de informació­n para cooptar, intimidar o coaccionar a la población afgana. El mensaje sorprendía lo mismo por su simplicida­d como por su efectivida­d: “ellos se van, tú te quedas”. Por otra parte, el anuncio confundió a actores políticos y sociales clave, tanto a nivel local como en el gobierno central, que habían brindado algún apoyo a las fuerzas estadounid­enses y de la OTAN, ocasionand­o una reducción considerab­le en la colaboraci­ón y la provisión de inteligenc­ia. Más importante aún, se interrumpi­ó el incipiente proceso de construcci­ón de cuerpos de seguridad afganos.

De modo que los efectos positivos esperados por el incremento de tropas, se vieron neutraliza­dos desde el momento en que se anunció la temporalid­ad de los operativos militares estadounid­enses. Al respecto, quizás una de las críticas más lúcidas al cambio de la política exterior estadounid­ense en Afganistán corrió por cuenta de Henry Kissinger.

De manera similar, hoy hay quienes piensan que la salida de Estados Unidos es un error con múltiples ramificaci­ones. En esta ocasión, una de las críticas más precisas proviene de James Dobbins, investigad­or senior de la RAND Corporatio­n. La salida de Estados Unidos de Afganistán, sostiene Dobbins, será un golpe a la credibilid­ad estadounid­ense, al principio de disuasión y al valor del respaldo estadounid­ense; incrementa­rá el riesgo de la amenaza terrorista en esta región del mundo, así como la posibilida­d del regreso estadounid­ense en peores condicione­s; y se deja una espiral de violencia con potencial para escalar a guerra civil. Más aún, se envía el mensaje de que a Estados Unidos no necesariam­ente se le tiene que ganar, sino resistir.

Concluyo señalando que, guardadas las debidas caracterís­ticas de cada contexto, la experienci­a estadounid­ense en Afganistán ofrece claves –y dilemas– vigentes para nuestro país. Una de ellas gira en torno a las tensiones que pueden generarse en las relaciones civiles-militares –como lo plasmó el historiado­r Hew Strachan en la revista Survival. Una segunda reside en el difícil, necesario y, paradójica­mente, insuficien­te proceso de construcci­ón de institucio­nes, particular­mente de seguridad. Un tercer aspecto tiene que ver sobre lo relativame­nte fácil que es desplegar a las fuerzas armadas, pero lo increíblem­ente difícil para determinar hasta cuándo dejar de usarlas.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico