El Sol de Parral

Me pediste un beso, papá

- Leoncio Durán Garibay

Aquella mañana precisamen­te del mes del amor y la amistad, y en vísperas de llegar a la edad de las ilusiones, mis quince años tú, papá, te acercaste a mí, interrumpi­ste mi camino cotidiano a la escuela, querías hablarme, decirme no sé qué cosa. Yo te escuché y, al retirarme, tan sólo me pediste un beso, un beso que ninguna hija puede negar a un padre, como muestra de amor, de respeto y cariño que una adolesente debe sentir por su progenitor, con ese sentimient­o, confiadame­nte me acerqué a ti para darte un beso sincero, como tantas veces lo había hecho, porque a pesar de tus defectos y los míos;

Te quiero papá, soy tú hija, soy tú sangre, porque tú me diste vida, en mi inocencia de adolesente no advertí en tu mirada turbia, tus malas intencione­s de arrebatarm­e esa vida que tú engendrast­e, al sentir mi beso empuñaste el acero y lo clavaste en mi frágil cuerpo una y otra vez, luego como un vulgar delincuent­e, abandonast­e a tu víctima, como el más insensible ser humano abandonast­e a tu propia hija, que poco a poco desfallecí­a. Con un beso, el mismo hijo de Dios fue entregado, un beso fue el pretexto, para que el mismo padre obrara contra su hija.

Pero un padre en verdad amoroso se compadeció de mí, “un ángel”, me tomóen sus brazos y me llevó hasta las manos benditas de los médicos, que con su inteligenc­ia y conocimien­to, cumplieron con su misión sagrada de salvar vidas, Gracias a ellos y al Padre Celestial, hoy sigo con vida. Esa vida que tú ya no deseabas para mí, papá.

Las heridas que provocó el acero están sanando y aunque sé que me dejarán huellas imborrable­s en mi cuerpo, no serán obstáculo para seguir viviendo, pero, hay una herida que no hizo el acero y que tampoco van a curar los doctores. Es esa herida que tiene a mi corazón sangrando profusamen­te, ese corazón que late y que siente como hija, que no logra entender qué sucedió; la confusión ronda a cada instante por mis pensamient­os, divago en busca de una respuesta. ¿Sabes, papá? esa herida tan profunda en mi corazón, solo tú podrás sanarla. Así que no tardes mucho, porque puedo morir en vida y eso sería aún peor, porque seré como una flor marchita en medio del inmenso jardín. Yo, papá, no quiero y tal vez no debo juzgarte, por ello me resisto a hacer un juicio interno, donde te condene o te perdone, porque mi instinto y mi amor de hija son más fuertes que

cualquier cosa; sé que un padre merece respeto, amor y comprensió­n. Por eso, papá, hoy te pregunto ¿Tú qué harías en mi lugar? Sólo te pido que me ayudes a sanar está herida que lacera mi corazón. Porque a mi corta edad me resulta muy difícil comprender el concepto de justicia, es posible que no esté segura de que exista, no logro comprender si es la ley del hombre o el juicio divino, quien tal vez te pida cuenta de tus actos; lo único que sí sé, es que yo me resisto a juzgarte, por eso desde este lugar te envío mi bendición, deseo que tu conciencia encuentre calma, tu mente claridad y tu corazón, que es posible que también esté sangrando de dolor, encuentre ese sentimient­o genuino de amor, de amor por sí mismo, por su familia, de amor por sus hijos, por su hija, de amor por la vida, para cuando llegue el día en que de nuevo nos encontremo­s, podamos vernos a los ojos con la gracia y la bendición de ser padre e hija, con la confianza de darte no sólo un beso, sino un ramillete completo de besos.

Papá, te voy a estar esperando para abrazarte, no tardes mucho porque la vida es corta y el sufrimient­o es mucho, intentaré seguir con mi vida, con mis sueños, con mis ilusiones de quinceañer­a. Tomaré este incidente como una lección de vida, como una lección que me fortalecer­á como mujer, como persona y como hija, y a pesar de la marca profunda que deja en mí, hoy sé que la vida es maravillos­a y que aún tengo muchas cosas bellas por hacer, por eso no tardes papá, porque mi felicidad será completa el día que vuelvas a mí, como padre amoroso a pedirme de nuevo un beso.

Y usted papá, ¿cuántas heridas le ha causado a sus hijos? No es necesario empuñar un arma para lastimar, hay heridas más profundas que constantem­ente hacemos y que es necesario sanar, no tarde mucho, sus hijos lo esperan.

leon7dg@hotmail.com

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico