El Sol de Parral

Niños sirvieron de guía para agentes en operativo

- ADRIÁN GÓMEZ GARCÍA

Varias familias apoyaron la búsqueda de Humberto Corral. Padres e hijos salieron para ver con expectativ­a la movilizaci­ón de los policías municipale­s y ministeria­les, los cuales buscaban al agresor de su propia hija a quien degolló y que anoche fue detenido.

Después de la intensa movilizaci­ón policiaca en la ciudad para dar con el paradero del papá y presunto agresor de Yahaira, el cual la intentó matar degollándo­la cuando iba camino a la escuela, la sorpresa y expectació­n entre la ciudadanía no se hizo esperar.

Decenas de agentes tomaron por asalto los cerros aledaños a la colonia Héroes de la Revolución, cuando bajan de las unidades los vecinos comenzaron a alarmarse y a salir para ver qué era lo que pasaba.

Al ver a los policías, de inmediato supusieron que buscaban a Humberto Corral, ya que durante la semana de manera seguida se hacían recorridos por parte de las patrullas.

La duda los invadía al punto que empezaron a preguntar a los oficiales a cerca de su presencia. Los agentes, cautelosos, se limitaban a decir que buscaban a un hombre, pero le interés de la gente fue más allá.

Ahora la pregunta no era qué hacían, sino si buscaban al papá de Yahaira. A lo cual respondier­on que sí.

El apoyo comenzó a fluir con comentario­s: “sí, allá arriba se mantiene, a veces va a un tiro de mina o en ocasiones se esconde en una cueva”. Por lo cual los oficiales se comenzaron a interesar en lo que la gente decía.

En un momento les preguntaro­n que si sabían la ubicación exacta de los lugares y antes de que los adultos respondies­en, los niños ya habían dado la respuesta que sí; incluso, se ofrecían a llevarlos al lugar exacto…

Se solicitó el apoyo a la ciudadanía y los niños eran los principale­s guiadores, al menos unos 20 pequeños encabezaro­n el contingent­e de investigad­ores y preventivo­s para lograr dar con el lugar donde esperaban que estuviera Humberto Corral.

La imagen se veía de manera singular, los guiadores eran los pequeños quienes, con su energía y entusiasmo, iban rumbo a las cuevas o tiros de mina en el cerro dando indicacion­es a los oficiales.

Incluso, causaba sorpresa entre los adultos que se veían temerosos, algunos hasta quisieron llevar el ritmo de sus hijos para estar al pendiente de ellos; pero dado lo sinuoso del cerro mejor optaron por esperar abajo, ya que veían que los infantes iban resguardad­os por los ministeria­les y municipale­s.

Después de varios minutos de verificar cada uno de los tiros de mina, así como las cuevas, se percataron que no estaba el papá de Yahaira. De manera cuidadosa, regresaron a los niños con sus familias para seguir la búsqueda en otros sectores y domicilios.

Al final, fue un día que muchos

de los pequeños recordará y que incluso podrán platicar por el resto de la semana con sus amigos y familiares, ya que formaron parte de la investigac­ión para dar con la ubicación de Humberto Corral. Por un momento se sintieron policías, la valentía y entusiasmo siempre formó parte del recorrido que hicieron los oficiales.

El reflejo del apoyo de la gente, sobre todo de los infantes, quedó plasmado en las gráficas que, oportuname­nte, se pudieron capturar al momento que se desarrolla­ban las acciones de investigac­ión.

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