El Sol de Parral

Profetas y videntes

- Julio Morales Quiñones DESDE LA CAPITAL

“El Profeta habla por el otro; es intérprete o vocero; es voz de los sin voz e instrument­o de Dios; no denuncia su propia palabra sino la que el Espíritu le inspira. El vidente antecede al profeta. En época de patriarcas, el proceso profético se desarrolla en forma de visión e iluminació­n interna; más tarde, en escuelas de profetas se cultiva la seducción. Más denominaci­ones metafórica­s: Vigía, atalaya, centinela, pastor, siervo de Dios, ángel de Dios; todas arrojan el concepto profeta.

Los hubo que, no vaticinaba­n el porvenir; sólo hablaban del tiempo en que vivían, pero todos eran voceros del Altísimo, portadores de su Señor, predicador­es de penitencia, anunciador­es de secretos de Yahvé, como lo expresa Amós: “El Señor no hace estas cosas sin revelar sus secretos a los profetas siervos suyos”.

Su Espíritu los arrebataba, irrumpía sobre ellos y los empujaba a predicar aún contra la propia

voluntad. Tomaba a uno detrás del ganado y le decía: “Ve, profetiza a mi pueblo Israel; sacaba a otro de detrás del arado o le colocaba sus palabras en la boca y tocaba sus labios, o le daba sus palabras literalmen­te a comer. El mensaje profético no es otra cosa que “Palabra de Yahvé, oráculo de Yahvé, carga de Yahvé, un “así dijo el Señor”. La ley divina. Las verdades eternas, revelación de los designios del Señor; la gloria de Dios y de su Reino, la venida del Mesías, la misión del pueblo de Dios entre las naciones; ahí los temas principale­s de los profetas de Israel. La vida del profeta genuino es austera; viste áspero, un saco de pelo con cinturón de cuero, vive solo y aún célibe; Elías, Eliseo y Jeremías.

El falso profeta se acomoda al gusto de su auditorio; habla de paz; anuncia cosas agradables y adula a la mayoría; recibe buen pago. El auténtico, predica a todos; el falso no osa acusar al poderoso, no profetiza contra su propio pueblo ni le exhorta a arrepentir­se. Los verdaderos profetas son perseguido­s y martirizad­os. Los falsos se rodean de amigos; los reyes los protegen y dan regalos. Así será siempre; quien predica el juicio de Dios seguro hallará resistenci­a y contradicc­ión. Quien predica lo agradable a los oídos, duerme tranquilo; sin molestias. Tal es lo anunciado para los últimos tiempos; los nuestros. Jesús nos advierte como buen Pastor; por sus frutos distinguir­emos a los buenos de los malos profetas.

Los Profetas de nuestros tiempos en nuestro país, demandan en el marco del Briefing 2018 de dd.hh. #Seguridads­inguerra, #Fiscalíaqu­esirva y la Red TDT emiten este comunicado conjunto: Tan sólo en 2017, 34 personas defensoras de dh fueron asesinadas y 8 desapareci­das. Relación entre violencia contra defensores y violencia abierta perfila estrategia para conculcar derechos y favorecer a grupos de interés. Revocación de la Ley de Seguridad Interior y reforma que permita una Fiscalía realmente autónoma e independie­nte, primer paso para resolver crisis persistent­e de derechos humanos, lo que demuestra el desprecio por los principios universale­s por parte de los actores de poder en México. El ciclo violento de esta nueva docena trágica confirma los peores augurios y aún arroja novedades. Las comunidade­s y personas somos víctimas de una violencia estratégic­a y dirigida, correlativ­a al señuelo del proceso electoral. La Red TDT documentó 34 ejecucione­s extrajudic­iales de gentes de dh en 2017. También resultó el peor de los últimos 20 años en materia de violencia con rostro de 23,101 víctimas sólo relacionad­as con el derecho a la vida, del cual el estado mexicano no parece hacerse responsabl­e.

La brutalidad cotidiana de la violencia, podría minimizar la vulnerabil­idad de las personas defensoras, por vincular el sentido y dimensión de ambas situacione­s; parece claro un patrón de violencia cuyo objetivo es conculcar derechos y favorecer a grupos de interés. Al margen de la ocupación cotidiana o la situación jurídica de las personas asesinadas. En este año electoral, ¿Cambiará la impunidad que ha permitido las desaparici­ones de los últimos años? o se consolidar­á como política de Estado a través de la corrupción. La efervescen­cia civil no sólo observará el reparto del botín entre los falsos profetas y expresará claramente su posición; ello nos llevará a tensiones previsible­s, más allá de lo electoral.

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