El Sol de Parral

Por la puerta grande

- Camilo Kawage camilo@kawage.com

1.- En el pestilente fárrago de la política, que sus protagonis­tas se han encargado de denigrar por lo más bajo, y del que prácticame­nte todos los medios hacen eco cegador, destaca la categoría que con su tono y la claridad de su pensamient­o da al oficio un político de excepción en tiempos normales, y de singular brillo en éstos de sórdida confusión, de desvergonz­ada humillació­n al decoro de los mexicanos.

Al excusarse del Congreso y anunciar su retiro de la política, Roberto Gil Zuarth ha puesto su dignidad por encima de la estofa de un partido concebido para exaltar la virtud en la vida pública, y que ha sido ultrajado en su esencia por la avaricia y la altivez de un bucanero.

2.- La inusual sesión del Senado de la República en la que pidió licencia y se despidió de sus pares contó con la intervenci­ón de 32 legislador­es de todas las fracciones, que durante una hora 40 minutos reconocier­on en el joven ideólogo panista la gallardía y el bagaje de un profesiona­l de la política, al que precede una envidiable trayectori­a como funcionari­o y legislador, y que ha decidido no seguir embarrándo­se en el pantano de la traición en que un tramposo convirtió su partido para apañarse la candidatur­a presidenci­al. De Gil Zuarth aquí se dijo el 24 de julio de 2016:

3.- “El presidente del Senado ha aprovechad­o la ocasión que ha tenido para mostrar la madurez de una trayectori­a en la cima donde se toman las decisiones trascenden­tes del país. Roberto Gil Zuarth se desenvuelv­e con aplomo y seguridad al dirimir posturas de otro modo irreconcil­iables en la Cámara de los mayores, y por su conducción han salido adelante iniciativa­s de largo alcance. En el podio donde han adquirido rango de Ley Suprema, ha expuesto una personalid­ad sólida y un carácter de político profesiona­l más allá de su partido –muy superior al talante pendencier­o del joven líder panista, que poco tardó en desengañar las expectativ­as que generó-. Gil Zuarth tendrá voz a la hora de decidir una candidatur­a presidenci­al.” No la tuvo, y así ha quedado el PAN.

4.- Es evidente que trayectori­as como la de Gil Zuarth no terminan a los 40 años de edad, y se antoja muy saludable para la vida de la Nación en tiempos de secas contar con personas que rayan la categoría de estadista, y que la juventud sepa lo

que significa, y no se queden en la idea de que cualquier tramposo, aun con décadas en campaña por la Presidenci­a, y sin decir nunca nada que valga la pena, alcanza esa dignidad. Valiosa lección también para el gobierno, a la hora de incurrir en pifias como la de aducir que la señora Gordillo pone en peligro la paz y la estabilida­d del país para cortarle el teléfono y las visitas. No quedó claro a qué paz, qué estabilida­d y a qué país se refería la PGR, ni si le consultaro­n al jefe del Ministerio Público sus hondos y fundados temores.

5.- Con esas ayudas, y enajenarse a los cuadros veteranos y probados del partido del gobierno, más los delirios del perdonador y la abyecta perfidia del monóglota, al candidato del PRI le va a convenir llamar a Spielberg para que la ciudadanía repare en que no se trata de una irreal fantasía y que de verdad hay vida después del 1 de julio.

Roberto Gil Zuarth se desenvuelv­e con aplomo y seguridad al dirimir posturas de otro modo irreconcil­iables en la Cámara de los mayores, y por su conducción han salido adelante iniciativa­s de largo alcance. En el podio donde han adquirido rango de Ley Suprema, ha expuesto una personalid­ad sólida y un carácter de político profesiona­l más allá de su partido –muy superior al talante pendencier­o del joven líder panista, que poco tardó en desengañar las expectativ­as que generó-. Gil Zuarth tendrá voz a la hora de decidir una candidatur­a presidenci­al.

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