El Sol de Parral

Se agudiza desabasto de agua en colonias

Está condiciona­da la factibilid­ad en nuevas viviendas, en donde se cumplen quince días sin este servicio

- LUIS MURILLO

Habitantes del fraccionam­iento Ferromex, que fue inaugurado hace cuatro meses, reportan que cumplen más de 15 días sin que el servicio del agua sea óptimo, ya que no llega con presión para subir a los tinacos; por esa falta de presión en las tuberías más de 50 viviendas se ven afectadas. El desabasto es una problemáti­ca que está azotando a la mayor parte de la ciudad y ante ello Manuel Ramos, director técnico de la JMAS, informó que se tenía “una factibilid­ad condiciona­da” a la constructo­ra, ya que se les pide proporcion­ar a la JMAS una fuente con el 20 por ciento más del gasto.

CID. JIMÉNEZ, Chih., (OEM).OJO de Atotonilco en López, una víctima de las delgadas líneas que dividen la sequía, la sobreexplo­tación presuntame­nte ilegal, el ecocidio y la muda e inaccesibl­e burocracia. El otrora cuerpo de agua, ícono y orgullo que albergaba un interesant­e ecosistema, hoy solo es un arroyo con ligeros estancamie­ntos que los lugareños pican con la esperanza de que vuelva a emanar agua.

¡Se secó el ojo! ¡Se secó el ojo! Así lo lamentan los habitantes que con tristeza ven como este oasis en medio del desierto, se asemeja más a los secarrales polvientos.

Referido en los antiguos escritos como un manantial o un espejo, ni siquiera emula la grandeza que sirvió como factor para la conformaci­ón de asentamien­tos de los indios Tobosos, así como de las órdenes de los Franciscan­os durante la colonizaci­ón.

LA SEQUÍA

Si bien el tema y el concepto de sequía no son una novedad, en la región de Jiménez, López y Coronado, se ha venido prolongand­o cuatro años.

En un distrito donde la media anual de precipitac­iones es de entre 300 y 400 milímetros, en los últimos dos años, cuando el cielo ha sido generoso se han contabiliz­ado sólo 170.

Esto, sin contar el abatimient­o de los mantos freáticos, que pareciera que en acto de defensa, cada vez esconden más el preciado líquido de sus entrañas, obligando al hombre a extraer de profundida­des cada vez mayores, cargada de contaminan­tes y metales pesados; pero esa es otra historia.

LAS AGUAS DEL OJO PARA RIEGO Nadie sabe desde cuándo y las autoridade­s que conocen el dato no lo han revelado, las aguas del Ojo de Atotonilco se concesiona­ron para el riego de tierras de cultivo. Según el último dato encontrado en internet, en el Diario Oficial de la Federación, la última sentencia emitida tras un juicio agrario en 1996 otorgaba el acceso a las aguas para uso agrícola.

La sentencia establecía que se asignarían 270 mil metros cúbicos al año del recurso hídrico para el riego de 40 hectáreas en Santa María, San Luís y San Felipe.

Por años el Ojo de Atotonilco, u Ojo de Villa López, dio caudal suficiente que derramaba por las compuertas que conducían por medio de acequias.

SE COLOCÓ UNA BOMBA PARA EXTRAER AGUA DEL MANANTIAL Del 20 al 24 de julio del año pasado hubo fuertes lluvias que derivaron en la bajada del río. En ese mes se colocó una bomba para extraer.

El 26 de julio fue prendida por primera vez la bomba tres días, lo que derivó en que la corriente bajara. Después de ser apagada la bomba, el Ojo de Atotonilco recuperó su nivel.

Aseguran que desde el 13 de agosto y hasta septiembre la bomba permaneció encendida las 24 horas, lo que provocó que el patrimonio de los lopenses se secara.

HABITANTES CUESTIONAN LA LEGALIDAD DE LA BOMBA Lugareños que adolecen y sienten el luto por la pérdida de este atractivo, que les alcanzaba para entrar en la lista de Pueblos Mágicos, cuestionan la legalidad de la bomba.

Existen dudas sobre si Conagua dio la venia para instalar el equipo y si la concesión para el uso de aguas permite explotar más allá de los excedentes.

Las autoridade­s, como Conagua, no voltean ni se inmutan, quejosos aseguran que su clamor ya ha sido presentado pero nada ha pasado.

¿CUÁNTA AGUA EXTRAJO ESTA BOMBA?

Si bien sin los datos del equipo resulta imposible determinar la cantidad de agua extraída del Ojo de Atotonilco, se puede estimar al compararla con una bomba de caracterís­ticas similares. Una de seis pulgadas puede extraer 4 mil 100 litros por minuto y hasta 246 mil por hora. En un día bombearía cinco millones 904 mil litros.

DE LA SEQUÍA AL ECOCIDIO

Y es que la afectación no sólo desapareci­ó el cuerpo de agua, sino al complejo ecosistema que coexistía en el manantial, habitado desde el origen de los tiempos por una variedad endémica, de tortuga Caparazón blanco.

No por nada dicho animal es utilizado como imagen y parte del logotipo en la administra­ción municipal. El Ojo era hábitat de especies como peces, garzas y aves gallaretas.

PICAN LOS VENEROS CON LA ESPERANZA DE QUE SALGA AGUA Para muchos lopenses el Ojo era el paraíso en la tierra, sólo queda un arroyo con estancamie­ntos como los veneros que dieron origen al manantial.

Con tristeza, donde además de la abundancia natural, no había contingenc­ia sanitaria que nos impidiera salir, acuden al Ojo, a cuyo cauce pueden acceder sin remangar sus pantalones y quitarse el calzado, pues no hay agua.

Con nostalgia y esperanza, con varas y ramas secas excavan con la intención de ver si de nueva cuenta comienza a brotar agua

POR QUÉ SE SECÓ EL OJO?

Esa es la pregunta del millón de dólares, el panorama pudiera haber sido inevitable de prolongars­e la escasez de lluvia, no se descarta que la bomba y la sobreexplo­tación hayan acelerado la extinción de este paraíso.

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/ ABRAHAM ZAMARRÓN ¡Se secó el ojo! ¡Se secó el ojo! Así lo lamentan los habitantes que con tristeza ven como ya no queda nada de agua en el lugar.

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