Una Navidad diferente
El espíritu navideño
también se puede sentir y ver en diferentes partes de la ciudad, en los comercios, colonias y hogares, la luz de la navidad los ilumina.
Hay tiempos y circunstancias, la navidad está aquí, los preparativos se han venido haciendo desde hace ya varios días, la colocación del tradicional pino, los arreglos y adornos típicos de la temporada, desde luego no puede faltar el nacimiento. Además, los preparativos relacionados con regalos, comidas, viajes, vacaciones y más. El espíritu navideño también se puede sentir y ver en diferentes partes de la ciudad, en los comercios, colonias y hogares, la luz de la navidad los ilumina. Las posadas y peregrinaciones, festivales y villancicos, todo ello inspirado por esta época del año, que principalmente nos invita a la reflexión.
Y es ahí en medio de esa reflexión, donde la nostalgia se hace presente, el frío no solo se siente al exterior, sino que también cala profundo en lo interior, y es que hoy resulta difícil afrontar esta realidad, la ausencia pesa más que la ilusión de un convivio navideño, la soledad se siente en cada lugar y en cada objeto, los abrazos son caricias a las que pareciera faltarle esencia, los buenos deseos son golondrinas que viajan en el entorno, las luces en el árbol son destellos que se pierden en la obscuridad del pasado, son recuerdos que se van haciendo distantes.
En verdad que es una navidad diferente, los regalos al pie del árbol son solo objetos que no tienen sentido, el plato sobre la mesa pierde su sabor al ver aquella silla vacía, ahí, donde como cabeza de familia te gustaba sentarte siempre, y se extraña tu sonrisa, tus bromas, tus consejos, tus buenos deseos, tu vitalidad a pesar de los pesados años que encorvaban tu cuerpo, que lo hacían más lento, más viejo. Eras tú, quien tenía el poder de convocar, sin decir una sola palabra a la convivencia familiar, a la unión, sin importar donde nos encontráramos o en qué circunstancias. La navidad era solo un pretexto para regresar al calor del hogar, de la familia, hoy es una navidad diferente.
Los días se han venido encima, los preparativos propios de la navidad han pasado a un segundo plano, y es que fue precisamente un día 25, cuando el arcoíris se hizo presente y le mostró el camino a tu
Las posadas y peregrinaciones, festivales y villancicos, todo ello inspirado por esta época del año, que principalmente nos invita a la reflexión. Y es ahí en medio de esa reflexión, donde la nostalgia se hace presente, el frío no solo se siente al exterior, sino que también cala profundo en lo interior, y es que hoy resulta difícil afrontar esta realidad, la ausencia pesa más que la ilusión de un convivio navideño, la soledad se siente en cada lugar y en cada objeto, los abrazos son caricias a las que pareciera faltarle esencia, los buenos deseos son golondrinas que viajan en el entorno.
espíritu para ir al cielo. Sé, bien que sé, que la esencia de la navidad es el nacimiento de ese niño Jesús en nuestros corazones, es renovar la fe, la esperanza y el amor. Por eso es una navidad diferente, porque hoy de manera especial confío y pido, para que te encuentras a la derecha del Padre y desde ahí nos mandas tus bendiciones. Una navidad diferente, es la primera sin tu presencia física y eso por momentos hace que los sentimientos rueden por las mejillas. Que las emociones permanezcan cautivas en ese corazón que no logra sanar la herida. Que los “festejos navideños”, sean solo un acontecimiento más, un regalo con una envoltura vistosa y un gran moño, pero por dentro solo una caja vacía.
Me refugio en la esencia de la navidad, en el genuino espíritu de la navidad y dejo el oropel, la chaquira y la lentejuela para otra mejor ocasión. Solo levanto la mirada, levanto mí copa y hago una oración por ti, en esta navidad diferente, donde la ausencia cala más que el mismo frío, en esta navidad sinti mi querido viejo.
Ingeniero industrial, cronista de la ciudad