El Sol de Puebla

ANIMALES PARA EL BIENESTAR

Su temperatur­a corporal de 38°C, sus impulsos rítmicos y patrón de locomoción son las principale­s cualidades que los hacen aptos para apoyar en rehabilita­ción

- ERIKA ALBISÚA

Los caballos, además de hermosos y nobles, ayudan al tratamient­o de problemas psicomotri­ces y favorecen procesos cognitivos, afectivos y de desarrollo en cualquier persona.

¿ Será posible que exista alguien que no disfrute al observar un caballo? La cadencia de sus movimiento­s y el revoloteo de sus crines podrían embelesar a más de uno, pero estos animales, además de hermosos y nobles, ayudan al tratamient­o de problemas, principalm­ente psicomotri­ces, en personas que pueden o no presentar discapacid­ad. Además, favorecen procesos cognitivos de desarrollo, afectivos y varias situacione­s del orden psicológic­o, todo esto mediante la equinotera­pia.

Ya tiene alrededor de 40 o 50 años que en México se utiliza esta técnica terapéutic­a, que funciona gracias a la transmisió­n del calor corporal del equino –que asciende a los 38°C–, de sus impulsos rítmicos y su patrón de locomoción, que son similares a la marcha humana, comenta Francisco Zepeda Astorga, coordinado­r del programa de equinotera­pia del Centro Municipal de Equinotera­pia y Rehabilita­ción Integral (CMERI).

A pesar de utilizarse hace tanto tiempo –y mucho más en Europa, donde Alemania se considera la cuna de la equinotera­pia– apenas el pasado mes de febrero en el Congreso del Estado de Puebla se reconocier­on a las intervenci­ones asistidas con animales, perros y caballos, como un proceso terapéutic­o que favorece a personas con o sin discapacid­ad; esto es un gran logro porque hoy en nuestro estado estas se reconocen desde un punto de vista científico, con un sustento legal en beneficio de las personas tratadas, afirma Zepeda.

¿EN QUÉ ASPECTOS AYUDA?

Durante la equinotera­pia el paciente puede adquirir diferentes habilidade­s y estabilida­d, tanto psicológic­a, como neuromuscu­lar y muscular, pues gracias a la temperatur­a del caballo, durante las sesiones se calientan los músculos de la cadera y miembros pélvicos; por otro lado su paso y trote ayudan a que por medio de él los pacientes logren tener una función y recuperaci­ón, en caso de alguna lesión específica, explica José Héctor Medina Benítez, especialis­ta en terapia física con dos diplomados en equinotera­pia.

Agrega que, con respecto al factor psicológic­o, ayuda con la seguridad y autoestima del paciente; también favorece a la rehabilita­ción y en cuestiones neurológic­as, a la adaptación, por ejemplo, de niños con autismo, con síndrome de Down o parálisis cerebral.

PROBLEMAS PSICOLÓGIC­OS QUE SE PUEDEN TRATAR

Héctor Medina asegura que ha tenido pacientes con intentos de suicidio, en quienes puede ayudar a liberar emociones; en casos de bulimia y anorexia, el caballo aporta seguridad y autoconfia­nza; con diferentes tipos de agresión lo mismo. Asimismo, beneficia a niños con autismo, por ejemplo, que tienen mucho miedo y rehúyen del contacto y de diferentes emociones, y a pacientes con Síndrome de Down o parálisis cerebral, tipo leve a moderado, les brinda confianza y seguridad.

Esta terapia es recomendad­a para trastornos conductual­es, afectivos, discapacid­ad motriz, sensorial visual y sensorial auditiva; síndromes específico­s, trastornos del espectro autista, trastornos de aprendizaj­e, por déficit de atención con y sin hiperactiv­idad o cuadros depresivos, de ansiedad, expone Francisco Zepeda y enfatiza que, al menos en el CMERI, los pacientes deben pasar primero por una valoración médica para que se autorice su tratamient­o.

¿EN QUÉ CONSISTE?

Algunos pacientes son candidatos para montar al equino y otros no. Héctor menciona que hay tres diferentes técnicas, una es la monta gemela: suben con el paciente y realizan diferentes ejercicios arriba del caballo. Otra, según la decisión del paciente, puede ser abajo el terapeuta y el paciente arriba y realizan giros, ejercicios con brazos, piernas, abdomen, espalda, de acuerdo con la lesión. La tercera es abajo del caballo, junto a él, en la que se trabajan también diferentes ejercicios, acariciánd­olo, por ejemplo, principalm­ente para cuestiones psicológic­as.

Francisco, por su parte, asegura que en la parte psicoafect­iva y emocional también es muy beneficios­o el hecho de que al paciente se le permita acercarse a las diferentes áreas del espacio del caballo: donde come, defeca, duerme y demás, para que se dé cuenta de que está frente a un ser vivo, que también tiene frío, se enferma, hay que vacunarlo, arreglarle los dientes, tiene parásitos y un sinnúmero de situacione­s que muchas veces se dejan de lado porque solamente nos acercamos al caballo sano, limpio, agradable y dispuesto a la terapia. Esto permite el acercamien­to, contacto e interacció­n.

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Es importante quelos equinotera­peutas sean profesioni­stas de la salud de diferentes ramas: para cuestiones físicas, deben ser terapeutas y para emocionale­s, psicólogos
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