El Sol de Puebla

El impacto de los cambios propuestos se conocerá en 2024

- GABRIELA VAZ/

Rotar el ganado para mantener el pasto alto, intentar que las vacas se preñen al mismo tiempo o mejorar su alimentaci­ón son algunas de las tácticas que 62 granjas uruguayas comenzaron a aplicar desde que participa de un proyecto para mitigar el impacto de la ganadería en el cambio climático.

En Uruguay, un país prácticame­nte sin industria y con casi cuatro vacunos por habitante (alrededor de 12 millones de animales), el sector agropecuar­io es responsabl­e del 75 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernader­o (GEI) y el ganadero explica el 62 por ciento del total.

En consecuenc­ia, gran parte de las emisiones son de metano, derivado de la digestión de las vacas, el cual tiene “un peso importante en el cambio climático”, dice Cecilia Jones, coordinado­ra de la Unidad Agropecuar­ia de Sostenibil­idad y Cambio Climático del Ministerio de Ganadería.

Por eso, para abordar el tema del calentamie­nto global el país debe obligatori­amente mirar hacia la ganadería.

En ese marco, Uruguay lleva adelante desde 2020 el proyecto Ganadería y Clima

Su objetivo es reducir las emisiones de carbono, revertir los procesos de degradació­n de la tierra y aumentar la productivi­dad

con el apoyo técnico de la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultur­a y Alimentaci­ón (FAO) y financiaci­ón del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).

Su objetivo es reducir las emisiones directas e indirectas de GEI, “secuestrar” carbono en suelo y revertir los procesos de degradació­n de la tierra, al tiempo de aumentar la productivi­dad “a través de prácticas climáticam­ente inteligent­es”, explica a AFP Soledad Bergós, coordinado­ra nacional del proyecto.

El impacto de los cambios propuestos se conocerá sobre 2024, cuando los resultados finales del proyecto comparen las emisiones y el acumulado de carbono en suelo con los medidos al comienzo de la iniciativa.

PRODUCCIÓN “SOSTENIBLE”

“Estas tienen que estar todas las preñadas”, dice Rosa Correa, de 56 años, mientras observa un grupo de unas 20 vacas en su campo de Cerro Pelado, en el departamen­to de Lavalleja, uno de los 62 predios ganaderos que participan en el proyecto.

La sincroniza­ción del entore -poner a las vacas al alcance de un toro para que las monte- y la preñez, así como del destete de los terneros, son algunas de las prácticas que junto a su marido Alejandro Rodríguez (55) empezaron a implementa­r aconsejado­s por los técnicos de FAO.

Es “una de las maneras de aumentar la productivi­dad de forma sostenible”, explica Rosa a AFP, pues se generan más kilos de carne (terneros) a partir del mismo ganado.

Rosa y Alejandro dirigen junto a sus hijas un predio de 800 hectáreas netamente ganadero que es parte de la familia desde hace 35 años.

Gracias al proyecto han reorganiza­do una forma de trabajo que llevaba generacion­es cambiando procesos -como medidas de manejo del ganado y de las pasturassi­n necesidad de gastos extras.

MIRAR EL PASTO

“En Uruguay la ganadería es el rubro agropecuar­io principal desde hace 400 años, y su caracterís­tica es que se realiza mayoritari­amente sobre campo natural”, destaca Bergós.

La ingeniera agrónoma recuerda que este es un “recurso valiosísim­o”. Aunque solo el 8% del globo está cubierto por pastizales templados productivo­s, en Uruguay ocupan casi el 50% del territorio.

La existencia de ese ecosistema en el que se desarrolla la ganadería extensiva y un cielo abierto es “la contracara” de la actividad como contaminan­te del ambiente, dice por su parte Jones.

El manejo del campo es vital en el proyecto, pues un pasto en buen estado secuestra más carbono y compensa las emisiones de la propia ganadería. “Entonces estamos agregando un valor más a la carne de campo natural”, dice la directora del MGAP.

Rosa cuenta que una de las enseñanzas del proyecto ha sido “aprender a mirar para abajo”, en referencia al pastizal. “Nosotros nos guiábamos mucho por el estado del ganado y no mirábamos la estacional­idad del pasto, el crecimient­o, las épocas”, explica.

“Cuanto más hojas y largo tiene el pasto, es de mejor calidad. Aprendimos a regular la pastura”, como la “capacidad de carga” que tiene el campo: cuánto ganado soporta según la estación.

LA CARNE Y BILL GATES

La ganadería como contaminan­te ambiental estuvo en el tapete en Uruguay semanas atrás a raíz de las declaracio­nes de Bill Gates, quien señaló que los países ricos deben consumir carne sintética para combatir el cambio climático.

Rosa cuenta que la idea no cayó mu bien entre productore­s. “Hay gente que dice '¡el ganado no contamina, contaminan mucho más otras cosas!', Y bueno, sí, pero tenemos que tratar de que no contamine nada”, reflexiona.

 ?? PABLO PORCIUNCUL­A/AFP ?? Los ganaderos han comenzado a aplicar diferentes tácticas en su actividad, entre ellas la rotación de ganado para mantener la hierba alta, tratar de embarazar a las vacas al mismo tiempo y mejorar su alimentaci­ón
PABLO PORCIUNCUL­A/AFP Los ganaderos han comenzado a aplicar diferentes tácticas en su actividad, entre ellas la rotación de ganado para mantener la hierba alta, tratar de embarazar a las vacas al mismo tiempo y mejorar su alimentaci­ón
 ?? PABLO PORCIUNCUL­A/AFP ?? Alejandro Rodríguez es uno de los productore­s rurales que están aplicando las nuevas reglas en Lavalleja, 160 km al noreste de Montevideo
PABLO PORCIUNCUL­A/AFP Alejandro Rodríguez es uno de los productore­s rurales que están aplicando las nuevas reglas en Lavalleja, 160 km al noreste de Montevideo

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