Abren santuario con acceso restringido
Con largas filas, accesos limitados a 50 personas, algunos descontentos, pero bajo protocolos de sanidad, fue como permitieron el ingreso de turistas nacionales e internacionales al Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, ubicado en el municipio de San Andrés Cholula.
Al regreso de uno de los primeros grupos en subir, Raquel Ramírez y Miguel Ángel González compartieron que el tiempo de espera en la fila no fue largo y que, además, tuvieron que cumplir con las indicaciones sanitarias, por lo que calificaron de ágil el proceso y recomendaron a la población visitar la zona.
"El recorrido está bastante agradable, un poco pesado por la subida, pero está muy bonito el lugar, vale la pena la visita totalmente, (…) nos dieron unos boletitos y no tuvo costo alguno, sólo marcan horarios y tuvimos que formarnos en orden, con sana distancia, realmente fue rápido y ágil, todo muy bien", dijeron.
De manera paralela, y debido a los horarios de ingreso que van desde las 10:00 a las 19:00 horas, con lapsos de espera de 15 minutos aproximadamente, algunos de los presentes mostraron molestia al llegar y no alcanzar boletos o por no ser notificados de que no es necesario esperar en la fila, sino sólo acercarse al transcurrir el tiempo indicado.
"No nos hagas quedar mal a los mexicanos, mi amistad viene de Europa, especifica que no es necesario esperar", expresó un visitante.
CUOTA PARA CUBRIR GASTOS DEL TEMPLO
El mayordomo del circular y representante del Barrio de Santiago, Leonardo Martínez Toxqui, manifestó que la decisión de eliminar la cuota fue debido a la falta de aceptación de las personas, no obstante, aclaró que el donativo era para cubrir los gastos que el templo genera, tales como la luz o el mantenimiento diario.
Después de colocar gel antibacterial, Gregorio Corral, directivo del Santuario explicó que los cupos limitados son realizados con el objetivo de evitar aglomeraciones, así como para cumplir con el protocolo sanitario.
Cabe hacer mención que, una vez que los visitantes llegaban al templo católico, había también un segundo cerco sanitario, donde además de aplicar por segunda ocasión gel, rociaban desinfectante.