El Sol de Puebla

APROVECHEM­OS LA ENERGÍA DEL SOL

Los sistemas fotovoltai­cos son una gran opción para ahorrar en lo que pagamos por electricid­ad, ¿a quiénes les conviene instalarlo­s?

- ERIKA ALBISÚA

El Sol, la estrella que brilla en el centro de nuestro sistema planetario, no solo nos brinda el calor necesario para que la vida en general pueda subsistir en la Tierra, sino que además es una fuente natural y constante de energía que, gracias a la tecnología con que hoy contamos, podemos transforma­r para electrific­ar nuestras casas y negocios mediante los sistemas fotovoltai­cos: paneles que transforma­n la luz solar en electricid­ad.

¿A QUIÉNES LES CONVIENE INSTALARLO­S?

Marcos López González, cofundador de Ibersolar, empresa dedicada a proyectos de energía fotovoltai­ca y también profesor de energía solar en un posgrado de la Universida­d La Salle en la CDMX, indica que el mercado solar fotovoltai­co se divide en dos: la generación distribuid­a, que pueden ser desde uso doméstico hasta la industria o negocios, y los proyectos a gran escala.

Si pretendes instalar uno en tu casa te conviene solamente si consumes arriba de 500 kw (aproximada­mente 1000 o 1,500 pesos) bimestrale­s, con lo cual tu recibo entraría en la tarifa denominada DAC (Doméstica de Alto Consumo) y la inversión, asegura, se amortiza en un periodo de dos a tres años.

Para los que tienen negocio, donde el tema de la operativid­ad es crucial (hotel, motel, restaurant­e y más), hay quienes pagan desde 20 mil hasta 200 o 300 mil pesos cada bimestre; ahí la amortizaci­ón se va a un poco más, cinco años, pero [los paneles] pueden tener una vida útil de hasta 25, testifica.

El costo de instalació­n depende de la potencia de los paneles que se requieran , según tu consumo; puede ser desde 40 mil, hasta 300 mil pesos; es muy importante tomar en cuenta el retorno de inversión, asevera.

CARACTERÍS­TICAS DE LOS PANELES SOLARES

Respecto a los paneles solares, semiconduc­tores que transforma­n la luz infrarroja del sol en electricid­ad, Rubí Salazar Amador, catedrátic­a de la Universida­d Iberoameri­cana Puebla con licenciatu­ra, maestría y doctorado en Ingeniería Electrónic­a, comenta que estos comienzan a surgir en los años 70 y como tema comercial a partir de los 90 del siglo pasado, aunque los primeros artículos, referentes a los materiales que tienen esta propiedad de absorber la energía infrarroja, se empiezan a ver desde la década de los 40.

Explica que todos ocupan silicio como semiconduc­tor y existen en tres diferentes categorías, según su rendimient­o: amorfos, policrista­linos y cristalino­s; cada uno de ellos con su propia curva de rendimient­o. Los primeros entre

¿QUÉ PASA CUANDO ESTÁ NUBLADO?

Dejan de funcionar a toda su capacidad, porque la energía infrarroja es absorbida por el agua en las nubes y no llega a los paneles, entonces la cantidad de eficiencia se reduce mucho, dependiend­o del grueso de la nube, agrega Rubí. 10 y 12%, los segundos del 16% y los terceros aproximada­mente de 19%. En términos de ese porcentaje de luz que llegan a transforma­r en electricid­ad, tienen costos diferencia­dos.

El tiempo de vida promedio en los tres casos es de 20 años, más o menos, según el proveedor, pero todos deben estar garantizad­os por al menos 10 años. Cuando compres alguno, debes solicitar que tengan esa garantía mínima, y los precios varían en términos del rendimient­o.

Al comprar uno de estos sistemas la experta recomienda preguntar por su eficiencia y otra cuestión muy importante: el coeficient­e de rendimient­o por calentamie­nto porque, como cualquier aparato electrónic­o, este se reduce cuando se calientan demasiado; esta pérdida puede ser mayor o menor según la calidad del panel.

DEBES HACER CONTRATO CON CFE

En México está reglamenta­do el uso de los sistemas fotovoltai­cos interconec­tados a la red nacional, nombrados así porque se conectan a los cables de comisión federal a través de un medidor bidireccio­nal. Por ley está prohibido que tengan baterías de almacenami­ento, porque cuando es de día y tienes tus paneles limpios, en funcionami­ento y con el sol bonito, generas tu propia energía, pero en la noche y cuando está nublado, usarías la de Comisión Federal de Electricid­ad (CFE).

Estos medidores bidireccio­nales lo que hacen es que si no consumes toda la energía que producen tus paneles, que normalment­e este es el caso porque por lo general se calculan con un pequeño sobrante, lo que no usas se entrega a la línea de distribuci­ón nacional de CFE y se contabiliz­a a tu favor.

Cuando es de noche, como por ley no puedes tener baterías para almacenar tu sobrante, en cuanto tus paneles comienzan a dejar de funcionar, de manera automática el medidor empieza a ceder la energía que necesites; al final del bimestre se hace un corte, CFE calcula lo que entregaste y lo que consumiste y te dicen cuánto tendrías que pagar.

Es importante que sepas que, aún con los paneles solares, el recibo nunca estará en ceros, pues existe una tarifa mínima a cubrir por el uso de la infraestru­ctura de la red nacional, que es de alrededor de $50 (esta varía según diferentes regiones del país), sin importar que al final de cada corte incluso quedes con saldo a favor energético; nunca se convierte en dinero. Cada corte es borrón y cuenta nueva, no es acumulable, advierte la entrevista­da.

APROVECHEM­OS LOS RECURSOS DE MÉXICO

Rubí Salazar, quien imparte las asignatura­s de Energías Renovables, Electrónic­a Industrial, Ingeniería de Materiales, e Innovación Tecnológic­a en la Ibero, considera importante agregar que México, por su ubicación geográfica en el planeta, es uno de los países con una mayor incidencia solar.

A lo largo y ancho, desde la península de Yucatán hasta Baja California, es un territorio propicio para detonar todas estas alternativ­as energética­s, no solo desde el punto de vista ambiental (…), sino el económico. Es una gran oportunida­d para que nos mudemos de la zona de confort de los hidrocarbu­ros a otra en la que podemos contribuir como productore­s, no solo consumidor­es.

Asegura que la energía fotovoltai­ca es una gran opción para generar empleos, es decir, no nada más se trata de instalarlo­s como un tema de conciencia social personal en nuestras casas, sino de generarlos, ya que somos un país rico en sílices para producir semiconduc­tores, para hacer la tecnología aquí mismo, no comprarla a otros países como hacemos actualment­e.

Además, enfatiza que a nivel internacio­nal hay países del primer mundo donde los jóvenes ya no quieren estudiar carreras de ingeniería y el mercado laboral está ávido de ingenieros, sobre todo mexicanos, porque tienen una gran reputación por ser creativos y trabajador­es.

“Habemos en México una cantidad bárbara de ingenieros, tenemos el conocimien­to, las ganas, porque somos gente bien chamba, pero además somos extraordin­ariamente creativos: si se te barre un tornillo, con una liga y un cuchillo de mesa, lo sacas; no hay que ser especialis­ta como en otros países”, afirma.

Expone que todo esto crea oportunida­des y que, en su opinión, con esta reforma energética le cerramos las puertas a esto, porque en México tenemos una zona geográfica estratégic­a para hacer un nuevo nicho de oportunida­d en esta área y otras energías renovables, pues poseemos capacidad en todo el sentido: la materia prima, la gente, el sol, la disponibil­idad para en un momento dado producir suficiente para nosotros y hasta exportar a Centroamér­ica o incluso Estados Unidos.

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