Incendios del crimen
Para Arturo González Orduño, todo un profesional de la comunicación y un amigo excepcional.
Van docenas de incendios que tienen cita en distintos municipios del estado de Puebla. Diariamente, los servicios de emergencia conocen de siniestros que lo mismo ocurren en casas habitación que en lotes baldíos, bosques o empresas de distintos rubros y tamaños.
El reportero consultó con tres especialistas. El primero, enterado de temas ambientales, mencionó que el calor, la baja de humedad y el llamado "cambio climático" en general, están disparando los siniestros y que no hemos visto nada aún. Se comenta que cuando entremos en el periodo llamado "canícula" es cuando veremos hasta adonde puede enfurecerse la naturaleza.
El segundo, conocedor de protección civil, señaló que el cambio climático se está combinando con fallas e imprudencias de distintas personas, una colilla arrojada por ahí o el quemar basura puede detonar en un incendio que se salga de control.
El tercero, experto en seguridad, apuntó que los cárteles suelen aplicar presión a aquellos que no quieren pagar la extorsión semanal o mensual, prendiendo fuego a una de sus propiedades. Y que la misma intimidación se aplica a los negocios ubicados como de los contrarios al grupo criminal que está tomando la plaza.
El especialista advierte que incendios como el de Ixcamaxtitlán tienen el componente de los proyectos mineros y el mundo de recursos monetarios que se dan cita en torno a esas inversiones. Y que el siniestro de este lugar debe leerse en la misma clave que el de un homicidio que se dio en Jolalpan, por el cobro de piso.
Ahí están las pistas. Corresponde a las autoridades investigar, pero queda claro que algo raro está ocurriendo en la entidad y que, literalmente, chamusca.
DE LAS ANÉCDOTAS QUE SE CUENTAN
Fue en la primera quincena del mes pasado en la 46.
El incendio se registró en una bodega de tapicería y no fue un accidente.
Una banda delictiva que opera en la zona provocó la explosión que detonó el siniestro en el inmueble y quisieron que se supiera.
Fue un lunes a las 7:30 de la mañana. Los vecinos escucharon la detonación y de inmediato se notaba el humo negro que surgía de la bodega ubicada en la 44 Poniente y la 15 Norte.
El dueño, Octavio Acosta, dijo que el incendio de su tapicería no fue accidente, sino, la venganza de bandas delictivas que operan en la 46 y cobran por derecho de piso cada semana entre 2 mil y hasta 5 mil pesos.
Al negarse a pagar, provocaron el incendio de su negocio y además dijo que no es el primer inmueble que los delincuentes queman en venganza.
El crimen organizado amenaza con incendiar la ciudad. Esto quema.
Permítame una digresión, Falleció en los últimos minutos de marzo el periodista poblano Arturo González Orduño.
Hombre generoso y un profesional de la comunicación.
Vivió para sumar y hacer felices a los suyos.
Sus amigos lo extrañamos ya. QEPD