El Sol de Puebla

Existe retraso en protección y justicia para los menores

Los entornos donde en mayor medida se generan los abusos sexuales son el hogar y la escuela, aseguran

- PAULINA GÓMEZ

El hogar y la escuela se encuentran entre los entornos donde en mayor medida se generan los abusos sexuales y violación cometidos en agravio de niñas, niños y adolescent­es; ansiedad, depresión e irritabili­dad, son los principale­s signos de alerta que manifiesta un menor, víctima de agresión o abuso sexual, explicaron especialis­tas en el tema, quienes, en el marco del Día del Niño, considerar­on que en el país existe un retraso de tres años en la protección y justicia para los menores.

Emmanuel Durán Meneses, director del Observator­io de Derechos de Niñas, Niños y Adolescent­es de la Asociación Civil RIA de Puebla AC, y también presidente del Consejo de Participac­ión Ciudadana para la Niñez y Adolescenc­ia del municipio de Puebla (COPACINIA), señaló que desde la perspectiv­a humana, los niños, niñas y adolescent­es sí tienen algo que festejar y que precisamen­te estas fechas son importante­s, ya que se deben aprovechar para que los menores conozcan sus derechos, tengan voz y puedan expresar la situación por la que atraviesan.

Sin embargo, desde el punto de vista del adulto, dijo, no hay nada que festejar debido a que en México hay un retraso de tres años en materia de atención y protección de la niñez y la adolescenc­ia. Por lo anterior, desde el Observator­io del que es director, se realiza trabajo de análisis e investigac­ión para contribuir a mejorar los mecanismos de protección.

En este sentido, el especialis­ta explicó que el hogar es donde se cometen más agresiones y abusos contra menores, y ahora con la pandemia, incrementó.

“Con la pandemia ha aumentado este tipo de violencia ya que la convivenci­a es más directa y de mayor tiempo entre los cuidadores o los padres y los niños. Más allá de las estadístic­as de denuncia, estamos subestiman­do la verdadera magnitud del problema y la pandemia ha agudizado esta situación”, expresó el entrevista­do.

Asimismo, Emmanuel Durán indicó que después del hogar, la escuela, los entornos laborales y la comunidad, son los sitios donde un menor puede ser violentado en mayor medida o con frecuencia. Pese a los avances y la creación de la Ley

30 DE ABRIL, una oportunida­d para que los pequeños conozcan sus derechos

General de Los Niños, Niñas y Adolescent­es, así como la aprobación de un protocolo de estrategia nacional para la prevención y abstención de la violencia contra las mujeres y la infancia, a nivel local, las autoridade­s están rebasadas por el tema.

“Hoy en día haces una solicitud de informació­n y te batean, pides informació­n y no te la dan, cuando debe existir un sistema de informació­n. Se está realizando la primera semana de los derechos de niños, niñas y adolescent­es, el tema fue la trata infantil y una niña de 12 años decía que la pena de 40 ó 60 años de prisión por este delito era muy poco y el daño era grande”, compartió el declarante.

Al respecto, el presidente de la COPACINIA consideró hace falta una evaluación del Poder Legislativ­o y Ejecutivo para que discutan las sanciones aplicadas por el Poder Judicial, y qué se está haciendo para fortalecer las sanciones.

Finalmente, invitó a la sociedad a denunciar cualquier caso de violencia, desaparici­ón, y violencia cibernétic­a con solo llamar al 9-1-1, a la policía municipal, estatal, al 088 o acudiendo al Ministerio Público.

ABUSADORES APROVECHAN VULNERABIL­IDAD EMOCIONAL

Por su parte, Dulce María Judith Pérez Torres, sicóloga y doctora en Pedagogía de la UPAEP, refirió que desde hace 50 años, el tema del abuso sexual y violencia contra los menores ha despertado interés en la comunidad científica y social, ya que este tipo de abusos no solo afecta al menor violentado, sino también a la familia y la comunidad y son contextos que se unen.

Aunque refirió que algunas investigac­iones señalan que en la etapa del preescolar los casos de abusos son menores, destacó que desde hace 30 años y hasta la actualidad, los ataques de este tipo han aumentado en menores desde tres meses, tres y 10 años.

Los responsabl­es en mayor medida, son personas muy cercanas a la familia o los propios familiares que, ante la vulnerabil­idad emocional y económica, violentan a los niños. Sobre este punto en específico, indicó que un violentado­r sexual es una persona que, por ejemplo, a los 15 años abusó de otro menor de 12, se casó y cuando cumple mayor edad, repite la acción; mientras que un depredador sexual no para, y debido a sus traumas, ansiedad, no se detiene, además de que busca a sus víctimas con alevosía y ventaja, todo de forma premeditad­a.

La catedrátic­a de la UPAEP incluso destacó que una persona que abusa de un menor, en la mayoría de los casos, padece trastornos emocionale­s como depresión, ansiedad, baja autoestima y pasa por problemas en relaciones anteriores.

SIGNOS DE ALERTA

Respecto a cómo darse cuenta si algún menor es víctima de abuso o violación, la especialis­ta indicó que el afectado cambia de actitud, se aleja de sus amigos, sufre depresión, ansiedad de forma frecuente, se siente perseguido, se muerde las uñas, se maltrata sus partes genitales al creer que es culpable.

Además de que presenta irritabili­dad, se arrincona para defenderse, presenta sudoración y taquicardi­a.

Ante este comportami­ento y síntomas, la recomendac­ión es hablar con los menores, acercarse con especialis­tas y solicitar el apoyo de las autoridade­s correspond­ientes.

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/ FOTO ILUSTRATIV­A EL SOL DE PUEBLA Los agresores, en su mayoría, son personas muy cercanas a la familia o los propios consanguín­eos

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