¡Hagamos cartas de amor!
La banalización, exhibición y comercialización de la sexualidad actual trae como consecuencia problemas sociales graves, lo cual también se aplica a las relaciones supuestamente afectivas, las cuales cada vez son menos duraderas pueden desembocar también en tragedias.
El próximo martes se celebrará el Día del Amor y la Amistad, fecha muy adecuada para manifestarse sobre los lazos afectivos que dan forma y sentido al mundo. Erich Fromm señala que el amor es la respuesta al problema existencial de la vida, a él se suman opiniones filosóficas importantes para explicar esas dudas milenarias que ha tenido el ser humano.
Fernando Savater señala que hay que valorar la sensualidad en estos tiempos, esta consiste en darle civilidad la sexualidad mediante expresiones culturales, desgraciadamente y como lo señalé al principio, cada vez más vemos manifestaciones eróticas explícitas en la red y en la calle, haciendo que las relaciones íntimas sean algo poco relevante, lo cual ocasiona tantos problemas que vemos a diario, tanto en la vida cotidiana, como en las noticias de nota roja.
Es más, llegamos a problemas tan serios como normalizar la prostitución, tal es el caso de la aplicación Only fans o en la figura de la Sugar Baby, cosas que son aceptadas por una buena parte de la población y hasta como un modo de vida deseable.
En cuanto el tema actual, tenemos el gran problema de que pocos son los que escriben actualmente, no me refiero a los mensajes de whatsapp o redes sociales, porque ese conjunto de letras carece, en promedio, de una elemental morfosintaxis. Qué decir de documentos, artículos o hasta tesis, es por ello que expresarse mediante el lenguaje escrito se ha vuelto complejo y expresarse bien es sumamente raro.
En este contexto, la carta de amor ha caído en el desuso, pocos la emiten y pocos la entienden, por lo que pareciera ser algo arcaico, sin embargo, vamos a ver la importancia de estos textos.
Recordemos que, mediante las líneas escritas, se puede expresar mejor cualquier mensaje, especialmente algo tan complejo y subjetivo como es el amor, recordando que: amor que no se dice es amor que no existe.
Para quien redacta la carta, resulta un ejercicio que libera algún tipo de emoción escondida o magnifica algún sentimiento positivo. Quien recibe la recibe, experimenta una emoción al pensar cuál será el contenido, eso desemboca en una ilusión que se ve concretada al leer cada una de las palabras que son dedicadas a alguien, con lo cual también se hace un regalo totalmente personalizado, el cual puede valer mucho más que un objeto costoso.
La carta de amor también sirve como un registro de lo que una persona siente en un momento y espacio determinado, lo cual resulta un ejercicio de valoración y hasta un buen recuerdo, se esté con quien inspiró el texto o no.
Ahora bien, alguien puede ser un Cyrano de Bergerac al momento de redactar, pero si se encuentra con alguien con un analfabetismo funcional o falta de interés, pues de muy poco servirá ese texto, asumiendo que hoy casi nadie puede prestar atención por más de unos segundos, además de que es una ínfima minoría quien lee, ya ni siquiera un libro, sino un artículo al menos.
De igual manera puede haber una persona que tenga la capacidad para apreciar y reflexionar textos, pero si su amado o amada no le da más que breves y masificados mensajes sacados de la red, evidentemente habrá una frustración por parte de quien lee.
Hablando en términos de investigación criminal o psicológicos, a partir de una carta, especialmente escrita a mano, se pueden advertir ciertos rasgos de la personalidad que permiten descubrir cosas que no se ven a simple vista, lo cual puede resultar muy útil al elegir a una pareja sin riesgo. Hasta la próxima.
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