La verdad y la justicia ante opinión pública
El inicio de la historia de la humanidad, con la filosofía como enseñanza en el mundo antiguo, tiene como punto de discusión permanente el concepto de la Verdad y la Justicia. No es un tema reciente, pero tampoco es un asunto resuelto; sobre todo en el marco de la Democracia que se instaló para quedarse después de la segunda GM. Además, ahora con el nuevo esquema de posverdad, término usado por primera vez en 1992 por Steve Tesich en un artículo sobre la Guerra del Golfo que publicó en el The Nation, que la Real Academia finalmente define como “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.”
Por otro lado, el concepto de Justicia y su aplicación se debate inicialmente en el discurso aristotélico para considerar la distribución entre los involucrados: por equidad, por igualdad o por necesidad. Después, desde la tradición romana que dio al mundo el Derecho latino como base del derecho moderno, la Justicia se distingue con cuatro enfoques: distributiva, restaurativa, procesal, redistributiva. El filósofo austriaco Hans Kelsen, en el siglo XX afirmó que la justicia es un derecho natural que prevalece sobre el derecho positivo, el convenido por las sociedades, porque si va en contra de los derechos fundamentales del ser humano, entonces no se puede hablar de justicia.
Ambos, Verdad y justicia finalmente son valores, principios morales y democráticos que en una sociedad se despliegan a cada momento, en cada acto público o privado con impacto en el espacio público. Sólo que ya en este siglo, se hizo por demás evidente que la posverdad sobrepasa muchos límites morales, las últimas noticias sobre el doble plagio de las tesis de una persona pública, ministra en la Suprema Corte de Justicia, ejemplifican bien la complejidad de la comprensión de la Verdad y la Justicia.
El trabajo de tesis conlleva una carga de estrés por su naturaleza intelectual y personalísima. Si bien hay directores de investigación, también existen directores metodológicos; unos y otros se complementan, es un arte. La apertura para lograr eficiencia terminal en las instituciones de educación superior, ha llevado a abrir el sistema de titulación a diversas formas como el promedio, curso de diplomados, reporte de prácticas, curso de un posgrado, por lo que la opción de la tesis ha sido relegada. Un “patito feo” que sigue siendo la irrefutable muestra del dominio del campo disciplinario por el que se obtiene una licencia académica.
Por la dificultad es que se puede incurrir en faltas metodológicas (de citación o de diseño de la investigación: protocolo y métodos cuanti o cualitativos aplicados en cada apartado), o del conocimiento y dominio del tema de investigación (objeto de investigación), como para proponer una nueva arista al conocimiento de la comunidad académica, original y novedoso. Así que el camino fácil es plagiar, por mala fe o por ignorancia; en cualquier caso, se asumen todas sus consecuencias. Hay preguntas esenciales para determinar la verdad acerca del plagio o no de los trabajos, después de determinar que lo sean ¿El plagio de la tesis de licenciatura en 1986, fue un error de juventud? ¿El plagio de la tesis doctoral en 2008, fue otro error ahora de madurez?
Por desgracia la posverdad no es únicamente un asunto de políticos, también de ciudadanos, y la opinión publica hace que los servidores del estado a merced del escrutinio público, tal y como lo analizó Lawrence A. Appley (1904-1997) desde su trabajo como periodista como aportes a la Administración Pública norteamericana. *Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com
LCuando un líder es capaz de resolver problemas será más confiable para su equipo y también se convierte en un modelo a seguir. Un líder efectivo que le puede decir a sus colaboradores cómo actuar ante tal situación se afianzará en su puesto y le ahorrará líos, así como pérdidas de tiempo en su institución.
En este sentido, es necesario que se tome en cuenta que todas las personas tenemos problemas en nuestra vida y que, aunque a veces estos son abrumadores e impiden avanzar, son precisamente ellos los que le dan sentido a la vida. Como señala John Maxwell en Desarrolle el líder que está en Usted: “los obstáculos son condiciones para el éxito”.
Los desafíos pueden ser una paradoja, ya que representan una razón por la cual detenerse y al mismo tiempo avanzar. Para aclararlo se puede usar la metáfora del barco, si este se encuentra en alta mar, y hay una gran tormenta existe la posibilidad de que el mar acabe de voltear el barco, pero, al mismo tiempo, si quitáramos el mar, el barco no tendría donde navegar. Así sucede con los líderes, cuando se encuentran un obstáculo puede ser que les perjudique, sin embargo, al mismo tiempo esta situación los hará avanzar.
Si por algo se les recuerda a los grandes líderes, es porque ellos lograron superar grandes dificultades, es decir, se puede evaluar a los líderes por el tamaño del problema que se enfrentan.
Por lo tanto, un obstáculo que parece insuperable, es en realidad, una situación con la que tenemos que lidiar, ser creativos y abiertos, pues si el reto lo exige, es necesario estar dispuestos no a buscar una solución, sino, incluso, construirla. Se debe estar atento, ya que muchas veces el obstáculo no es tan grande como se piensa.
Es recomendable estar pendiente de