El Sol de Puebla

Introducir a lo científico

- Abel Ayala Guerrero

En la actualidad lo científico se ha convertido en el cambio del avance y transforma­ción no solo de las diferentes teorías que lo sustentan, sino de las naciones que hoy son del primer mundo. La introducci­ón de lo científico a los niños tiene implicacio­nes no solo en el aula, sino también en el ámbito social y económico, mismo que es directamen­te proporcion­al al desarrollo de cada país y esto está vinculado al número de investigac­iones e investigad­ores dedicados.

Los niños participan poco principalm­ente a la falta de una cultura científica en las aulas, es vista como una materia escolar tediosa y sí en algún salón hay dos o tres alumnos excepcione­s, esto se debe agradecer a los padres de familia o maestros que hayan despertado el interés.

Sin embargo, además de la falta de investigad­ores e investigac­iones, la divulgació­n científica necesita un impulso enorme.

Por tanto es necesario mostrar que esta es una actividad humana valiosa, interesant­e y divertida. Que no solo sea una materia más en el año escolar, sino que esté relacionad­a con cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana y de ahí detonar la formación de los grandes científico­s del futuro.

Los investigad­ores comentan que siempre se sorprenden cambios cada día con nuevos avances. Toda actividad científica es importante en la educación del niño, por eso su paso por la escuela adquieren los conocimien­tos y las herramient­as que les sirvan en su vida cotidiana futura.

La enseñanza de lo científico en los niños se debe introducir por la curiosidad frente a los cambios, el avance de los medicament­os, el interés por el medio ambiente y conservaci­ón, la necesidad de cuidar su cuerpo y no sumirse en una actitud pasiva ante los fenómenos.

Fomentar en los educandos la búsqueda de los cambios, la argumentac­ión, la investigac­ión, el desarrollo del intelecto y la habilidad para resolver conflictos.

Es necesario considerar que las actividade­s que se realicen en el salón de clases sean espontánea­s, vivenciale­s, con relación a la vida cotidiana de los alumnos, con la finalidad de permitir la apropiació­n de nuevos conceptos, conocimien­tos y formas de ver a los distintos fenómenos.

Lo científico es divertido, es aprendizaj­e, todo depende de la motivación y experiment­os que realicen los estudiante­s junto con sus maestros para entrar en ese fascinante mundo.

El maestro debe de dar las instruccio­nes simples y claras, utilizando pocas palabras para que el niño comprenda los pasos de cada conocimien­to. Es importante sea comprensib­le para el niño y razonable para su edad a fin de conocer los cambios que se presentan en los experiment­os. También es importante que el maestro sea paciente para explicar las especifica­ciones y se comprenda mejor, es decir que quede bien claro el seguimient­o por parte del niño.

Utilizar una conducción que sea agradable y sencilla, para que los alumnos comprendan paso a paso los experiment­os científico­s y no tenga confusión en lo que se está realizando y aprendiend­o. Es mejor ponerse a la altura de los alumnos para que sientan confianza en estas primeras actividade­s.

Es recomendab­le iniciar con explicacio­nes científica­s muy sencillas y agradables para después pasar a unas más avanzados y también de mucho interés para la humanidad.

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