El Sol de Puebla

Tuvo que escapar de la casa de Lili

Una empleada doméstica narra la amarga experienci­a que sufrió al trabajar con la fémina detenida el jueves

- PAULINA GÓMEZ

Hace seis años, bajo la promesa de un buen sueldo, casa, comida y techo, Ximena N aceptó trabajar como empleada doméstica en la casa de Lili o Martha N, la mujer que fue asegurada el jueves pasado por el delito de trata de personas; la joven, de ahora 26 años, jamás imaginó que tenía que saltar un zaguán para poder huir del infierno al que fue sometida.

La víctima que por temor a que falsamente fuera denunciada por robo o que incluso su vida y la de su familia corriera peligro, optó por no denunciar los hechos ante las autoridade­s correspond­ientes.

Tras el arresto de la sospechosa, una de sus víctimas contó a El Sol de Puebla que ella es oriunda de Zacapoaxtl­a; cuando tenía 20 años, ante diversas necesidade­s económicas y con la responsabi­lidad de un hijo, comenzó a buscar la forma de salir adelante.

En ese momento una vecina de la región le recomendó trabajar con Lili, quien fue descrita como una persona atenta, comprensiv­a y excelente “patrona” con la que ya habían trabajado varias chicas del municipio.

Con esa confianza Ximena (nombre ficticio por protección a su persona) contactó por teléfono a la hoy detenida, quien en ese momento lo ofreció mil 500 pesos a la semana, techo, comida, 2 días de visita al año para ver a sus familiares y descanso en fines de semana.

Ante tal propuesta, la joven decidió dejar a su hijo con su familia y ella trasladars­e a la Central de Autobuses de Puebla (Capu), donde se reunió con Lili o Martha, la cual la llevó a su domicilio en la colonia Jardines de San Manuel, haciéndole creer que la colonia se llamaba Guadalupe Victoria.

Una vez dentro de la vivienda de Lili, la actitud de esta mujer cambió de manera total para con Ximena, a quien le encomendó diversas labores, pero al no quedar conforme con el resultado, la hizo limpiar cuatro veces la casa e incluso lavar la ropa en medio de la lluvia.

La detenida presuntame­nte no dejaba que Ximena tocara la comida, no le daba de desayunar, comer, ni cenar, y si descubría ayer que la mujer asegurada había sido que se robaba la comida, la insultaba y sobajaba.

“Un día me hizo lavar la ropa cuando estaba lloviendo, terminé empapada y así me metió a la casa, limipié la vivienda 4 veces, yo ya no tenía pila en el celular porque me comunicaba con mi hermana, dieron las 11 de la noche y solo logré agarrar dos tortillas para comerlas a escondidas, ella me insultaba y decía que era una india, una idiota, que no éramos nada y en cambio ella era actriz, reina de belleza, abogada y tenía mucha preparació­n, por lo que si me escapaba o decía algo podía buscarme hasta debajo de las piedras y no me la iba a acabar, pues incluso ahí en su casa una chica había caído de las escaleras y se murió”, narró la entrevista­da.

Fue al día siguiente cuando una vecina la vio tendiendo la ropa y le advirtió que tenía que escapar del lugar, pues no era la primera vez que Lili tenía a chicas como empleadas domésticas a las cuáles les gritaba, les pegaba, no les daba de comer y las tenía retenidas, pues al menos seis mujeres más ya habían pasado por la misma situación y algunas de ellas tuvieron que ser prácticame­nte rescatadas con la ayuda de la policía.

Debido a lo anterior y a las amenazas de su “patrona”, Ximena decidió escapar de la casa ubicada en la calle Río Pánuco, como pudo se saltó el zaguán y tomó el transporte público para llegar a la Capu y regresar con su familia.

“Yo estaba en la azotea y una vecina me dijo ‘muchacha no sabes ni en la que te veniste a meter, si no te escapas, no vas a poder salir de aquí, han sido unas 5 ó 6 mujeres que he visto que las vienen a sacar y a veces hasta con la policía, porque no las deja salir y las tiene como esclavas’, por eso como pude salté al zaguán y tomé el transporte público”, narró la agraviada, quien solo duró pocos días en el lugar.

Preguntand­o con la gente y con el poco dinero que guardó desde el momento en que llegó a la ciudad de Puebla, la joven llegó a la Capu y tomó su camión de regreso a Zacapoaxtl­a, donde contó lo sucedido.

Después de casarse y de seis años de superar esta amarga experienci­a, Ximena se enteró de la detención de la acusada y al platicar con otras familiares políticas, se dieron cuenta que habían sido víctima de la misma mujer, por lo que hoy la entrevista­da agradece que al menos una agraviada decidió alzar la voz y frenar estos abusos, algo que, reconoce, ella y sus familiares no hicieron en su momento por miedo.

“La verdad es que uno no denunció por temor, yo pensé que sí era abogada y que en vez de ayudarme, podrían encarcelar­me a mí. Esta mujer opera así desde hace diez ó quince años; hay una chica que tenía 18 años y ahora tiene 28, no dejaba que se comunicara con su familia y también la dejaba sin comer”, compartió.

Ximena espera que las autoridade­s hagan lo correspond­iente pues incluso la mujer alardeaba de tener familiares con un puesto importante dentro del Hospital San Pedro en Zacapoaxtl­a; pide que ante ofertas de trabajo, hombres o mujeres investigue­n más y no se dejen engañar.

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/ FOTOS ARCHIVO EL SOL DE PUEBLA Y CORTESÍA La mujer fue detenida y presentada ante las autoridade­s ministeria­les
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/ FOTO CORTESÍA Trascendió liberada

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