Artesanas se convierten en las guardianas del bosque
Mujeres de Santa Cruz Ameyalco defienden la tierra que las da la materia prima que utilizan para producir sus diferentes artesanías
El 14 de febrero de este año, la labor de las artesanas de Artemali Ocoxal tomó un giro inesperado al ser testigos de la tala de más de cien árboles de oyamel en el paraje de Santa Cruz Ameyalco. Dos documentos avalan la tala de la zona, uno emitido por parte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) autorizando el saneamiento de una zona de árboles de oyameles por plaga de gusano descortezador (scolytus mundus) y el segundo es un reconocimiento de propiedad del predio otorgado por el Ayuntamiento de Tepatlaxco a un particular que los lugareños no reconocen como tal, pues cuentan que en sus usos y costumbres la propiedad se respeta aún sin existir un documento legal que lo avale y no existe un concenso sobre la pertenencia hacia dicha persona.
El documento de la Conafor no corresponde ni al paraje La Calera, ni a las dimensiones de las zona autorizada. Además de que solo dos árboles fueron encontrados con la señal de un martillo con siglas que autoriza la tala de los árboles infectados, si embargo en la copa de los árboles no se observa el color anaranjado característico de un árbol contagiado. Tampoco tienen el canal que va dejando el gusano en su avance al interior del árbol, uno solo se observó con estas características y el mismo no fue tratado con las especificaciones de los manuales.
A su paso fueron encontrando brechas recién abiertas, árboles y vegetación destruida, un campamento de la institución antes señalada con una manta informando sobre el saneamiento y en la barranca árboles ya talados y desmantelados y listos para su traslado.
El bosque para ellas guarda todos los recuerdos con su familia, forma parte de su sustento recolectando las acículas de los pinos para crear sus artesanías, pero también la recolecta de leña en pequeñas porciones de los árboles que cayeron por sí solos.
Luchar por la vida de los árboles se ha convertido en su prioridad para proteger la última zona de La Malinche que no se encontraba deforestada. Es por ello que su demanda ante las autoridades de PROFEPA, CONAFOR y a quien incluya es que les sean aclaradas las situaciones irregulares y también que cumplan con su labor de proteger estos lugares que se encuentran severamente amenazadas por personas que ven en la tala de árboles un negocio capitalizable.