SALMA LUÉVANO LUNA
La diputada trans Salma Luévano propondrá sanciones a quienes difundan discursos de odio contra grupos vulnerables; mientras la legisladora Teresa Castell pondrá sobre la agenda una iniciativa para abolir la ideología de género RESA CASTELL
La científica refiere que algunas personas suelen corromper estas asignaciones que se mantienen en marco binario, pero la realidad es que las mentes y cuerpos siempre se están actualizando a través de prácticas, hábitos y conductas.
Para Ciccia, las mujeres trans deben ocupar espacios de la misma manera que todas las corporalidades porque abonan a una lectura de los cuerpos que no es jerárquica como sí lo es el esquema binario que sigue priorizando y jerarquizando al varón blanco y heteronormado.
Sobre el discurso de algunas representantes políticas como Teresa Castell que discrimina a la diputada trans Salma Loévano al decir que “es un hombre vestido de mujer”, que está ocupando el lugar de una mujer cisgénero y que además le teme porque “al ser hombre es violenta”, Ciccia comenta que es sólo la reproducción errónea de un discurso binario que se ha propagado colectivamente en la sociedad en la que no se puede determinar a partir de la biología de un ser cómo se va a comportar, qué piensa y cómo siente.
“Esto son solo conjeturas y apriorismos científicos que históricamente se usaron para respaldar
CASTELL RESPONDERÁ CON INICIATIVA PARA ABOLIR EL GÉNERO
Frente a las resoluciones del TEPJF, la diputada María Teresa Castell considera que esto sólo inhibe el fuero de los legisladores, pues a su parecer ya no se pueden expresar libremente. Asegura que ella se siente censurada por expresar y defender lo que piensa en temas de sexo y género.
“Yo voy a hacer una iniciativa para la abolición del género, donde sólo se manejen los dos sexos que tenemos como especie humana en ámbitos como la salud, educación y deporte”, comentó a este medio.
Para Castell existe un abuso de la palabra “género” porque cualquiera puede decir que es mujer, refiriéndose al caso de la diputada trans Luévano Luna. Enfatiza que su propuesta también va encaminada a que las curules solo deban ser ocupadas por hombres y mujeres.
“Se debe ocupar una curul de acuerdo a tu sexo. Pero si llegas a ocupar una curul de mujer cuando naces hombre con privilegios, no vas a llegar a legislar como mujer sino como lo que fuiste y lo que quieres ser. Para mi, todos somos iguales y es a partir de su sexo en que se deben atender problemáticas”.
La legisladora considera que ha existido un abuso también de las cuotas de género, incluso, refirió el caso del magistrade asesinado el año pasado, Osiel Baena. “Era un lugar para una mujer, pero encontraron la manera de que se lo dieran a él a través de la forma no binaria, pero que realmente le pertenecía a una mujer, entonces no hay paridad”.
Expresa que siente miedo de que las diputadas trans lleguen a golpearla, porque no siente que exista una equidad de género dentro de la tribuna.
Comenta que se siente más apoyada por grupos feministas que comparten con ella la idea de que las mujeres trans no deberían ocupar espacios en el Congreso. “Que triste que hoy un hombre puede votar como una mujer y se puedan sentar en espacios de mujer”.
SE SANCIONA LA DISCRIMINACIÓN; EL ODIO NO ESTÁ ESTIPULADO
La especialista del Centro de Investigación y Estudios de Género de la UNAM, Lucía Núñez Rebolledo, comenta que México cuenta con leyes que prohíben y sancionan la discriminación, pero el odio no está estipulado como tal.
En entrevista, Núñez Rebolledo refiere el artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el que está prohibida la discriminación por origen étnico, por género y por religión, entre otros ámbitos. Además también está la Ley General de Acceso de las Mujeres los privilegios de la masculinidad”.
Cuando la diputada Catell afirma que le da miedo que la diputada trans le vaya a dar un golpe “porque no es mujer”, solo está legitimando el discurso de que ella es incompetente para ocupar un espacio en el Poder Legislativo.
“Teresa dice que es mujer porque tiene vulva, pero lo que tiene que saber es que nadie ni el discurso científico más recalcitrante que se encuentre le va a decir que es mujer porque tiene vulva. Lo que le van a decir es que es mujer porque esa vulva predice un tipo de cerebro y ese tipo de cerebro
a una Vida Libre de Violencia.
Lo que hacen los legisladores Teresa Castell y Gabriel Quadri es una violencia de género por no reconocer la identidad de género de una persona (Salma Luévano) y “es una forma de discriminación que genera violencia y está prohibido”.
Tanto la diputada Castell como el diputado Quadri, al tener mayor poder, tienen mayor responsabilidad en expresar su opinión. “No quiere decir que no puedan tener una opinión diferenciada, pero tienen responsabilidades porque son parte de los poderes del estado”.
Si Castell quiere defender su postura y lo que considera una verdad absoluta, debe buscar los mecanismos formales y estipulados en los procesos jurídicos para cambiar una ley con la que no está de acuerdo.
“A ver si logra una reforma en la que no se reconozca la identidad de género, donde se quite la discriminación por motivos de género. Ese sería el camino de una persona responsable de una representante política, pero lo que solo está haciendo son ataques de discriminación”.
Nuñez Rebolledo aclara que si bien, hay un mensaje de odio dentro de las declaraciones que hacen los legisladores, lo que se castiga es la discriminación. “Decir que (Sara Luévano) es un hombre vestido de mujer es discriminado y también violento, discrimina porque la manera en que dirige el mensaje es como decir esta indígena qué”.
La vía correcta es impulsar una ley en el debate político que elimine las actuales leyes que prohíben la discriminación y que estipulan la violencia de género, enfatizó la doctora en Ciencias Sociales en línea de investigación mujer y relaciones de género.
Sobre el debate si las mujeres trans deben ocupar espacios en el Congreso, asegura que en la democracia debe convivir la diversidad, sin que ello signifique la dictadura de las mayorías.
“No todas las feministas pueden pensar igual, pero sí se seguirá dando una batalla sobre los antiderechos. Y la realidad es que se está viendo que la postura antiderechos o transincluyentes de esos feminismos se está debilitando porque no han tenido los argumentos suficientes”.
A su parecer, la lucha feminista no debe limitarse sólo a una imagen de una mujer cisgénero blanca y heterosexual, sino que sea un ente múltiple que permita aglutinar a personas que han sido oprimidos y que se amplíe la visión de la sociedad. es la que la hace incapacitada para pensar”.
Para Ciccia es lamentable que una mujer que de por sí es excluida, también esté excluyendo a una mujer trans. Agrega que una cosa es que cómo te caen ciertas personas, independientemente de si son mujeres, hombres, lesbianas o gay, pero otra cosa es una exclusión de las personas por la identidad que tienen.
Lu Ciccia que es también una gran divulgadora de temas de género comparte que lo que le toca a cada uno desde su trinchera es reflexionar profundamente quiénes son y por qué son, y que esas respuestas no se las dejen únicamente a la biología, cuando el estado psicológico también es vital.
“Ninguna persona nace mujer, ni tampoco ninguna persona nace varón y ninguna persona nace no binaria, son nuestras trayectorias vitales a través de una normativa de género que vamos aprendiendo (…) Siempre actualizamos quiénes somos”.
“La complejidad de la mente nos implica a todes en colectivo y la peor muerte en vida es cuando no somos reconocides por la mirada de les otres por que en esa mirada también nos encontramos”.
Identificación de cada persona en el género que siente y/o nombra como propio. Existen identidades cisgénero, trans, nobinaries, fluidas, entre otras, que muestran la dimensión espectral de las subjetividades dentro del marco identitario de género.
Categoría que hace referencia a la forma subjetiva en que cada persona se presenta ante sí y ante el mundo a través de recursos estéticos y de gestualidad que se significan culturalmente en el continuum que corresponde con lo considerado femenino, andrógino y/o masculino.
Término utilizado para referirse a las múltiples posibilidades vinculatorias y de la construcción del deseo de las personas en un sentido erótico, afectivo y sexual, a partir del reconocimiento o rechazo (asexualidad) de la posibilidad de sentir atracción exclusiva o primordial hacia otras personas en función de su condición sexogenérica y/o de otras condiciones.
La identidad de género de la persona corresponde con el sexo que se le asignó al nacer. El prefijo “cis” es antónimo del prefijo “trans”. Cisgénero es lo opuesto a transgénero.
Persona asignada al nacer con el género “mujer” sobre la base de sus caracteres sexuales, cuya identidad autopercibida se corresponde con dicho género. La identidad de las mujeres cisgénero no necesariamente está asociada con vínculos, expresiones y prácticas normativas de feminidad.
Persona asignada al nacer con el género “hombre” sobre la base de sus caracteres sexuales, cuya identidad autopercibida se corresponde con dicho género. La identidad de los hombres cisgénero no necesariamente está asociada con vínculos, expresiones y prácticas normativas de masculinidad.
Acrónimo de las palabras Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Travesti, Intersexual, Queer, así como el signo “+” como congregación de las inagotables diversidades sexogenéricas.
Mujer que, en su construcción del deseo, puede sentir atracción y/o establecer vínculos eróticos y afectivos con otras mujeres.
Hombre que, en su construcción del deseo, puede sentir atracción y/o establecer vínculos eróticos y afectivos con otros hombres.
Término paraguas utilizado para describir diferentes variantes de transgresión/transición/reafirmación de la identidad y/o expresiones de género (incluyendo personas transexuales, transgénero, travestis, drags, entre otras).
Persona que, en su construcción del deseo, puede sentir atracción y/o establecer vínculos eróticos y afectivos con personas de una identidad de género diferente a la suya, por lo general en la correlación mujeres-hombres.
Orientación sexual que define a las personas que sienten [un interés bajo o nulo] por la actividad sexual con otras personas. Esto, sin embargo, no significa que no ejerzan su sexualidad o que no tengan intereses afectivos, románticos, sensoriales, entre otros.
Persona que, en su configuración del deseo, puede sentirse atraída eróticoafectivamente hacia personas de un género diferente al suyo y de su mismo género y que encuentra placer y/o realización en mantener relaciones afectivas y/o sexuales en cualquiera de las posibilidades.
Fue a finales de sus 20 e inicios de los 30, cuando Julieta Brambila decidió transitar a su verdadera identidad de género, aunque desde su infancia supo que su cuerpo no correspondía a lo que ella sentía y quería ser en realidad. Como mujer trans reconoce el privilegio que tuvo para poder continuar con su vida con cierta normalidad, pues una vez que concluyó un posgrado en el extranjero, regresó a México a concluir su transición y a comenzar su vida. Sin embargo, no le es indiferente la discriminación y violencia a la que están expuestas a diario las mujeres trans.
“Si bien la ciudad de México o Guadalajara son una especie de oasis para la comunidad LGBTQ+, no estamos exentas a la discriminación o a la violencia. Y entre más urbanos sean ciertos lugares, más expuestas estamos a estos problemas”, platica Brambila, quien se desempeña como directora de comunicación del Inegi.
En entrevista con comenta que al regresar al país, empezó a buscar empleo, y en cada entrevista que le hacían, ella decidió “advertirles” que en en los siguientes meses, tendría un cambio en su personalidad y que estarían listos sus papeles con su verdadera identidad de género.
“Yo sabía que era un factor que no debería influir en una entrevista de trabajo o en el ámbito profesional, pero tampoco yo quería llevarme desencantos en el proceso más adelante”.
En México, las personas con una orientación sexual no normativa tienen 18.7% de probabilidad de ser violentadas frente a 14.9% de las personas heterosexuales, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021.
Brambila cuenta que fue una estrategia que funcionó en su momento porque a partir de ahí tuvo otros trabajos en los que encontró una mayor aceptación a su identidad como cuando fue profesora en la Universidad de las Américas Puebla y después en el sector público dentro de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Și bien en estos lugares encontró sensibilidad y empatía respecto de su identidad de género, Brambila admite que falta mucho por hacer en los protocolos para que se normalice la presencia de mujeres trans o de la comunidad LBGTQ+ en cualquier espacio.
“Casi no hay los protocolos específicos, por ejemplo, si alguien de tu propio lugar de trabajo decide salir del clóset, se debe saber y entender qué tipo de protocolos seguir, o en otros lugares como los baños públicos, donde se normalice y se deje de estigmatizar y se respete a las comunidades trans”.
Otro tema en los que se pide mejorar ciertas normativas es cuando una persona trans está tramitando sus documentos para tener su verdadera identidad, pues no todas las dependencias cuentan con personal capacitado para ayudar a las personas trans en su proceso de obtener un documento que acredite su nueva identidad.
Brambila dice que si bien, en el mundo se está viviendo un momento histórico en el que se tiene cada vez más presencia de la comunidad, “nada está por sentado, es decir, se puede lograr un derecho, pero hay que cuidarlos. Hemos visto en otros lugares como Estados Unidos o Inglaterra en donde un derecho ganado no es un derecho ganado para siempre, porque los contextos cambian, se pueden perder los derechos y por eso es necesario que sigamos hablando de esto”.
Sobre la postura de feministas radicales que buscan excluir a las mujeres trans dentro de sus luchas, Brambila afirma que se pueden tener diferencias, pero “lo que no es debatible es la existencia de las personas y los derechos humanos”.
“Es bueno que se hagan debates constructivos, pero no todo está a debate, la existencia de una persona, la existencia de una persona trans y que se asuma su derecho a la identidad no es algo debatible, es una garantía individual, es un derecho humano y una parte fundamental de nuestro desarrollo personal”.
Brambila indica que parte de una democracia es que puedan existir debates como cuál puede ser la mejor legislación de las infancias trans, sobre los protocolos que deberían existir en las instancias públicas, pero lo que no está a debate y en ello no es irreductible “es que no es debatible la existencia de las personas y me refiero a que no es debatible si tienen derecho al acceso a su propia identidad”.
Al preguntarle por qué es importante hablar también de las infancias trans, refiere justo la encuesta del Inegi en el que se encontró que alrededor 6 de cada 10 de las personas trans se dieron cuenta de su identidad antes de los siete años de edad.
“Nos dimos cuenta, y te das cuenta de la magnitud del problema público que representa el no tener una legislación en la materia (…) el no tenerla es una negligencia (…) además, nunca dejas de preguntarte si el tiempo que estuvo atrás fue un tiempo perdido, nunca dejas de preguntarte si el silencio que existió atrás era un silencio necesario, entonces hay mucho que se trunca y por eso debemos seguir hablando de las infancias trans”.
GLOSARIO DE LA DIVERSIDAD
Para Liliana Matumay los días siempre inician con una sonrisa, sin importar que tenga que acudir al corporativo sede de Santander México o realizar una jornada laboral en casa. Sus hijos son su mayor inspiración, por quienes busca cambiar a la sociedad.
En el banco es directora de Seguimiento Comercial de la Banca Particulares y PYME, además de ser patrocinadora del Pilar LGBTQ+ del Consejo de Diversidad, Equidad e Inclusión.
Fuera de los números, Liliana es una apasionada del fútbol. Gracias a este deporte conoció a su esposa Martha de la Peña, que formó parte de la Selección Mexicana de Fútbol, y con quien creó una familia de mellizos y una niña, de tres y cuatro años, respectivamente.
El asombro de contar su vida en juntas del banco o personas que recién conoce es algo que le llena de orgullo y le motiva a luchar por una mayor inclusión.
“Para mí todas las personas son iguales, no me gusta segmentarlas. Siempre he sido abierta desde que lo decidí, cuando era pequeña.
Muchas veces ser tan abierta puede incomodar a las personas”, comentó Matumay Gómez.
Para ella la falta de capacitación y formación cultural son algunos de los factores que han rezagado a la comunidad LGBTI+ a través del tiempo, provocando también una falta de visibilidad y oportunidades ante la sociedad.
“Todos somos personas y siempre tenemos que pensar cómo mejorar nuestra sociedad, yo siempre lo veo por mis hijos. Me gustaría que tengan una mejor sociedad, y para eso necesitamos crear valores”, destacó.
El día comienza con una cumbia de Los Ángeles Azules o Yaguarú. Si hay oportunidad, unos tacos de canasta y un refresco bien frío son el desayuno perfecto antes de la jornada laboral.
Una vez en el trabajo, Dayanne Medina aprovecha para retocarse el labial, agregar un poco de rubor a sus mejillas y cuidar que su uniforme esté pulcro para atender a todo aquel que quiera hacer un depósito, cobrar un cheque o abrir una cuenta en HSBC.
Por la tarde, el tiempo transcurre entre la escuela y el cuidado de sus dos hermanos de 12 y 6 años. Entonces toma el papel de una segunda madre, pues revisar tareas, preparar la comida y comprar un helado también es parte de su rutina.
Las noches son variadas. A veces son para ver una película, otras para dormir y algunas más, aunque en muy raras ocasiones, sirven para ir de fiesta o prender un cigarrillo a la luz de la luna.
La vida de Dayanne es magia e inspiración pura. Su voz se entona modesta al mencionar que trabaja desde hace más de tres años en HSBC.
Su primer contacto con el mundo financiero fue en una casa de empeño, etapa donde también comenzó su transición a mujer.
Luego, mientras terminaba su licenciatura en Administración y Gestión en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, trabajó en un Banco Ahorro Famsa hasta que quebró en junio de 2020.
Lamentablemente sus amigos, que en su mayoría forman parte de la comunidad LGBTQ+, no tienen el mismo camino. Incluso, Dayanne asegura que no conoce a otra mujer trans que trabaje en un banco o puesto de alta dirección en una empresa.
En su opinión esto se debe a la discriminación y falta de información que prevalece en la sociedad. Ella lo vivió cuando trabajó en la casa de empeño, ya que le asignaban tareas con un alto esfuerzo físico o simplemente no era reconocida como mujer.
“Muchas veces mejor te ven de lejos, no sé si se imaginan que somos extraterrestres, creen que es una mala imagen. Hay personas muy capaces, pero nos hacen mucha falta las oportunidades”, aseguró Dayanne Medina.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refieren que el campo, comercio o servicios personales son las principales actividades económicas en las que la comunidad LGBTQ+ está empleada.
Sólo una de cada 10 personas de este grupo tiene un trabajo administrativo, en gobierno o es director de un área empresarial.
“Lamentablemente muchas de mis amigas tienen que refugiarse en el estilismo, vender comida o en cosas muy, muy ajenas a su vocación profesional. Si hoy no estuviera en HSBC, me gustaría dedicarme al activismo o una tarea relacionada a los derechos humanos”, destacó Medina Anguiano.