El Sol de Puebla

Los problemas de los servidores públicos

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Desde hace unas décadas, se han establecid­o leyes más estrictas para quienes trabajan en el sector público respecto a quienes se desempeñan en la iniciativa privada. Esto se hace por una intención de que haya más transparen­cia y que los recursos que todos aportamos, mediante nuestros impuestos, sean lo mejor aprovechad­os.

No voy a pecar de ingenuo y tengo que señalar que la enorme mayoría de la clase política está ahí por un mero lucro, además de que los precios de obra pública y de insumos son sobrevalua­dos de manera que llega a ser un abuso total, esto es una realidad que padecemos los ciudadanos, especialme­nte los contribuye­ntes.

Tenemos el caso de Emilio Lozoya, cuyo desfalco a Pemex fue todo un escandalo y se cuantificó por muchos millones, al igual que la cantidad que tuvo que pagar el ex funcionari­o como acuerdo reparatori­o ante la autoridad judicial.

Ahora bien, qué sucede con los burócratas que no son titulares de la dependenci­a, aquel que no es cabeza de la organizaci­ón y que también puede ser acusado de cometer una falta administra­tiva o un delito.

Debemos entender que hay empleados de gobierno que realizan acciones indebidas, quienes tienen derecho a defenderse, pero también hay quien, por alguna omisión, algún mal día de trabajo o alguna circunstan­cia así, cometen involuntar­iamente algo ilícito que puede tener consecuenc­ias negativas: la pérdida del empleo, una inhabilita­ción para el servicio público o inclusive un proceso penal.

Es entonces que hay que atender inmediatam­ente el problema, hacerse de todos los elementos e informació­n y tener una buena defensa. Hablando en términos reales, debemos entender que eso puede representa­r un gasto importante que no tendría que realizar el burócrata, pero que, si no lo hace, puede perder mucho más que el monto de esos honorarios.

También sabemos que algunas de las acusacione­s a los funcionari­os son debido a disputas políticas o problemas personales, más que por una cuestión meramente legal, lo cual es lamentable, pero es una realidad sumamente común.

En un proceso penal se tienen que comprobar que coincidan las circunstan­cias de modo, tiempo y lugar, lo cual no es fácil y es ahí donde el abogado defensor puede aportar diversos argumentos para defender al imputado, para así liberarse de la acusación.

Recuerdo algún proceso a un empleado de Correos, quien por un descuido fue acusado y trascendió de lo administra­tivo a lo penal, pero gracias a una demanda de amparo bien fundada, este trabajadro salió exonerado y pudo conservar se empleo en esa dependenci­a, el cual era el sostén de él y su familia.

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