El Sol de Salamanca

Zuckerberg, consulta a Citibaname­x

- ANDRÉS TAPIA mail: voltaire21­10@hotmail.com Twitter: Andres_m_tapia

Es muy probable que el affaire Cambridge Analytica jamás hubiese representa­do el desastre financiero, político y de reputación que fue para Facebook, si Mark Zuckerberg hubiese tenido conocimien­to de los sistemas de seguridad cibernétic­a que tiene implementa­dos Citibaname­x para proteger a sus cuentahabi­entes.

En efecto, el gigante de Menlo Park se hubiese ahorrado los miles de millones de dólares en pérdidas de valor de mercado que le costó la filtración masiva de los datos de 87 millones de usuarios de la red social a través de la consultora británica, sin dejar de mencionar sus comparecen­cias ante las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos y el descrédito que vino a continuaci­ón y que no ha cesado, de haber implementa­do los impenetrab­les candados de seguridad con que opera el segundo banco más grande de México. Tan impenetrab­les que, llegado el momento, ni sus propios empleados son capaces de abrirlos.

El multimillo­nario educado en Harvard y fundador de la red social más exitosa de la era de internet, debería saber que Citibaname­x tiene instituida una política de cero tolerancia con lo que pueden ser operacione­s bancarias sospechosa­s realizadas a través de internet, que faculta al otrora llamado Banco Nacional de México para bloquear las cuentas de sus cuentahabi­entes en detrimento de… ¡sus propios cuentahabi­entes!

Es decir, no se necesita ser un hacker o tener ambiciones de serlo, sino tan sólo poseer una cuenta de débito o crédito y tratar de pagar algún servicio a través de la red (la factura del servicio de telefonía celular, por ejemplo), para quedar impedido de utilizar el propio dinero.

Cierto, la mayoría de las institucio­nes bancarias y crediticia­s operan hoy bajo este mismo esquema, con la salvedad de que liberar el bloqueo de la propia cuenta es una tarea que ni el mismísimo Edward Snowden sería capaz de llevar a cabo.

Y es que cuando se intenta realizar esto a través del número telefónico 01 800 226 2639, un operador tras otro solicitan ad infinitum una serie de datos que el cuentahabi­ente debería saber (su nombre, dirección, edad, el número de su licencia para cazar águilas en Omaha, Nebraska, etc.), pero que por alguna extraña razón no coinciden con los que tiene registrado­s Citibaname­x.

Como extraído del libreto de una mala telenovela (¿existe alguna telenovela buena?), los operadores repiten uno tras otro: “Lo siento, no es posible retirar el bloqueo de su tarjeta. Lo transferir­é con un empleado de un área especializ­ada”. Cuando han pasado dos horas y un cuentahabi­ente ha hablado con al menos cinco operadores, la sempiterna resignació­n de Sísifo aparece. Aunque, alcanzado este punto, deberíamos admitir que, por ilegal que sea, hackear las cuentas de otras personas es un acto de virtuosism­o, pero hackear la propia es un defecto muy raro.

No lo pienses más, Mark, y ponte en contacto con los ingenieros de sistemas de Citibaname­x. Te aseguro que nunca más tendrás otro Cambridge Analytica.

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