Siembra y cosecha de agua, para enfrentar estiaje
La siembra y cosecha de agua no es algo nuevo en el sector agropecuario, es una actividad que se realiza desde hace siglos como parte de los conocimientos ancestrales que hasta hoy se practican sobre todo en zonas rurales.
Es importante distinguir que el proceso de recolección es la siembra de agua de lluvia en el subsuelo para poder recuperarla después y es lo que conocemos como la cosecha. Se realiza a través de la construcción de zanjas de infiltración, conservación y recuperación de praderas, así como la forestación y reforestación con especies nativas. La idea es prepararse para tiempos de estiaje.
Esta práctica además, ha asegurado la actividad agrícola en zonas donde el agua escasea, o donde ya se sienten los efectos del cambio climático. Por su efectividad, la siembra y cosecha de agua ha sido replicada en algunas zonas urbanas donde desconocían esta técnica. En la actualidad, existen diversos proyectos que promueven esta actividad como medida de adaptación al cambio climático y como alternativa de empleo temporal en comunidades rurales.
La cosecha de agua de lluvia es una práctica de bajo costo que requiere un mínimo de conocimiento para su instalación, proporcionando múltiples beneficios. Este sistema puede ser usado como una fuente principal durante el periodo de lluvia o puede ser complementario a otras fuentes de agua. Otra opción es la instalación sencilla de atrapanieblas o captanieblas, sistema para atrapar gotas de agua microscópicas, principalmente se usan en regiones desérticas o semideserticas con presencia de niebla.
En cuanto a la siembra de agua tiene que ver con la recarga hídrica del suelo, subsuelo y acuíferos, mediante intervenciones humanas dirigidas a retener, infiltrar, almacenar y regular aguas de escurrimientos naturales que se forman con las lluvias.