DE VERACRUZ
Poco a poc o, la hermosa rubia c omenzó a ap artarse del glamour y de aquellas fiestas de la alta sociedad, ya no ap arecía en la secc ión de soc iales ni de espectáculos en los diarios del puerto, pero a cambio, se enamoró y se hizo amante de reconocido médico, con quien procreó dos hijos: Jaime y Juan Miguel Tejera Bosada, sólo que el padre no quiso reconocerlos y ella los registró con sus apellidos.
Su relación no fue diferente a las anteriores, había abusos y violencia; Evangelina repetía una vez más el patrón destructivo que p adeció en c asa desde pequeña.
Como Evangelina no se atre vía a e star sola, fue su amante quien la abandonó, así que la rubia mujer c onsiguió el apoyo de su familia y se mudó c on sus dos hij os al departamento 501 en el edificio de la Lotería Nacional, ubicado en la calle de Ignacio López Rayón, esquina con Independencia, cerca del centro de la ciudad de Veracruz; la misma e squina donde seis años atr ás concluyó su de sfile de c oronación, aclamada por más de 40 mil per sonas.
Dispuesta a ret omar sus amist ades de la alta sociedad, la rubia ojiverde comenzó a dar fie stas en su dep artamento, auspiciadas por sus f amiliares, quiene s la apoyaban ec onómicamente. E stas p achangas se c onvertían en tremendas p arrandas donde corría el alcohol, marihuana, c ocaína y clar o, el c ontacto c arnal. Mientras a sus dos pequeños hij os los encerraba en su rec ámara.
Debido a su adicc ión al polv o blanco, Evangelina presentaba recurrentes episodios de agre sividad, los c uales desahogaba con sendas golpizas contra sus pequeños. C uando sus f amiliares se enter aron de esta calamidad, decidieron retirarle la ayuda.
Evangelina comenzó a caer al fondo del abismo, no tenía tr abajo, tampoco dinero
Agentes de la Policía escuchaban la ver sión de Tejer a Bosada, quien en un inic io se declaró enferma mental para evadir su responsabilidad, después los médicos especialistas desecharon esa versión a través de varios estudios realizados a la cr iminal, por lo c ual el j uez Samuel Baiz abal Maldonado le impuso un a condena de 20 años de pr isión, por el delit o de homic idio y profanación de c adáveres.
y el poc o que c onseguía se lo g astaba en droga, extrañaba los aplausos de la gente y el impost ado glamour que lle gó a tener cuando fue nombrada reina del C arnaval de Veracruz y enc abezaba las p áginas de sociales de los diar ios del E stado. Ya no podía mantener a sus hij os y tampoco tenía ganas de hacerlo. Entonces vino la debacle.
De ac uerdo c on algunos te stigos, la mañana del 18 de marzo de 1989, alrededor de las 10:30 horas, Jaime y Juan Miguel, de tres y dos años respectivamente, lloraban desconsolados y esto provocó la furia de Evangelina, quien encerró al menor en su habitación. Después, regresó y tomó a Jaime de los pie s con el propósito de que quedara bocabajo. Con su pecho excitado por la ira, comenzó a azotarlo un a y otr a ve z, c on t odas sus fuerzas c ontra el piso, mientr as el pequeño gr itaba, lloraba e imploraba piedad. Repitió el brut al c astigo hasta que le destrozó el cráneo y el pequeño dejó de moverse.
No conforme y sin haber saciado su rabia, fue por Juan Miguel y lo ase sinó en la sala del mismo modo. Re stos de san gre quedaron esparcidos por el suelo y las paredes, per o la inf austa madre ni siquier a trató de limpiarlos.