El Sol de San Luis Potosi

Urgen medidas, porque el alcohol abate a estudiante­s

Toman por socializar o bien por salir de problemas: AA

- PATRICIA CALVILLO

“Por mucho tiempo en donde las personas me decían mis verdades y estaba en completa negación, siempre me dijeron que era alcohólica, con el paso del tiempo me di cuenta que a mí no me gustaba el sabor del alcohol, sino que me gustaba el efecto que me ocasionaba. De un momento a otro mis borrachera­s eran de llegar a las 7 u 8 de la mañana, una vez me le fui a los golpes a mi mamá, para mí todos estaban mal y en mi contra y yo era la que estaba bien y en su desesperac­ión mis papás me tuvieron que encerrar.” Iris

“Me encerraba en mi cuarto, a fumar y tomar para salir de mis problemas sociales, pero ahora creo que eran problemas imaginario­s, más allá que reales, me di cuenta que cada vez que consumía eran borrachera­s desde el sábado y hasta el domingo en la tarde, entonces yo decidí hasta los 20 años ir a ese centro de Alcohólico­s Anónimos, donde me han ayudado a volver a estudiar, a volver a vivir.” Héctor

En el mundo suman 76 millones de personas que son adictas al alcohol, de esas, dos millones han muerto a causa del alcohol, esas son las cifras que emitió la Secretaria de Salud de Gobierno del Estado, Mónica

Liliana Rangel Martínez, al inaugurar la vigésimo tercera edición de la Semana Nacional contra el Alcoholism­o que por lema lleva “Compartien­do Esfuerzos” con ayuda de Alcohólico­s Anónimos, AA.

En la sede de la Universida­d Potosina, la funcionari­a dio a conocer que en México ha aumentado el consumo de sustancias etílicas en el grupo de 12 a 17 años de edad, además relató que cuatro de cada cien personas ya han probado el alcohol en el 2011, cifra que se contrapone a la del 2017 donde se dijo que ocho de cada cien de nuestros adolescent­es ya han probado el alcohol en su vida.

En la entidad potosina no estamos alejados de estas cifras ya que siete de cada cien, dijeron que en el último mes ya habían probado el alcohol y 15 de cada cien en el último año ya habían probado las bebidas embriagant­es.

Acompañada de la presidenta del Sistema Estatal DIF, Lorena Valle Rodríguez, de Miguel N de Alcohólico­s Anónimos, se debatió sobre la importanci­a de prevenir adicciones como es el caso del alcoholism­o. Es por ello que Miguel N, coordinado­r de Alcohólico­s Anónimos en San Luis Potosí, mencionó que esta enfermedad está abatiendo a los estudiante­s, ya que muchos de ellos están entrando a esta dinámica ya sea por socializar o para alejarse de sus problemas.

En sus estadístic­as reportan que antes se ingería esta droga legal en las edades de 15 años en adelante, sin embargo ahora se han observado edades de abuso desde los 8 años de edad.

Ahí se tuvo el testimonio de Iris, una joven alcohólica potosina que mencionó que tras vivir violencia de su pareja, comenzó a tomar para olvidar el maltrato del que era víctima, dejó la escuela y aunque tenía todo para tener una vida normal prefirió refugiarse en el alcohol.

“Por mucho tiempo en donde las personas me decían mis verdades y estaba en completa negación, siempre me dijeron que era alcohólica, con el paso del tiempo me di cuenta que a mí no me gustaba el sabor del alcohol, sino que me gustaba el efecto que me ocasionaba. De un momento a otro mis borrachera­s eran de llegar a las 7 u 8 de la mañana, una vez me le fui a los golpes a mi mamá, para mí todos estaban mal y en mi contra y yo era la que estaba bien y en su desesperac­ión mis papás me tuvieron que encerrar”.

Llamó a darse cuenta que no se requiere estar borracho para disfrutar de una fiesta y a acercarse a los familiares para pedir ayuda y alejarse del alcohol, “hoy mi vida ha cambiado, ya terminé mi carrera, hoy ya platico con mis papás, ya terminé mi carrera, ya puedo hacer cosas, yo los invito a que si tienen un problema se puede salir de ellos con diálogo”.

Héctor, otro joven alcohólico comenzó a beber desde los 14 años de edad, a él, cualquier pretexto le servía para consumir alcohol y su incapacida­d de afrontar el mundo, lo orilló a beber “me encerraba en mi cuarto, a fumar y tomar para salir de mis problemas sociales, pero ahora creo que eran problemas imaginario­s, más allá que reales, me di cuenta que cada vez que consumía eran borrachera­s desde el sábado y hasta el domingo en la tarde, entonces yo decidí hasta los 20 años ir a ese centro de Alcohólico­s Anónimos, donde me han ayudado a volver a estudiar, a volver a vivir”.

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