El “líder” que enseñó el cobre
No tardó mucho tiempo para que el secretario general de la sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Carlos Bárcenas Ramírez, mostrara su verdadera cara ante las autoridades estatales al ser el principal promotor del caos y la irresponsabilidad de convocar a una marcha que dejó miles de estudiantes sin clases y a sus padres de familia con el dilema de resolver en dónde dejar a sus hijos.
En octubre del año anterior, cuando se entregaron dictámenes escalafonarios a miles de trabajadores de la educación, el propio Bárcenas Ramírez agradeció al Gobernador del Estado Ricardo Gallardo Cardona, no solo por ayudar a que el personal consiguiera por fin el reconocimiento a sus derechos tras varios años de esperar este derecho, sino por privilegiar el diálogo y apoyar la justicia laboral.
Cinco meses después, este mismo personaje, se queja precisamente de la falta en el cumplimiento de acuerdos supuestamente pactados y de paso catalogando el trato de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE), como indigno y ofensivo, todo ello porque al parecer no se les han entregado becas ni otras prestaciones que se según la organización están pendientes.
A Juan Carlos Bárcenas poco le importó si las y los niños asistieran a clases y peor aún, trascendió que varios de los docentes se vieron obligados a asistir a dicha convocatoria el pasado 23 de marzo, donde el consecuente caos vial y las molestias de las y los potosinos no se hicieron esperar.
Algo debe estar moviendo a esos seudo líderes de la sección 26, para movilizar a sus trabajadores, no precisamente para apoyarlos sino para utilizarlos como carnada en favor de sus intereses personales, pues no hay que olvidar que éstas organizaciones mantienen tras de sí un largo legado de privilegios pomposamente otorgados por los gobiernos del PRI y hasta del PAN, que accedieron a entregar una buena cantidad de recursos públicos –dinero de las y los potosinos- para que este sector goce de una buena cantidad de prestaciones.
No se requiere mucha ciencia para saber la cantidad de prestaciones y bonos o compensaciones que las y los maestros reciben siendo catalogados incluso como trabajadores privilegiados, sin embargo, eso no parece ser suficiente y aun quieren más en sus bolsillos, y no digamos el caso de los líderes magisteriales que, cuando se trata de dinero se erigen como defensores de los derechos laborales, pero jamás hablan del dinero que ganan, de la venta de plazas o peor aún, que van a hacer por ejemplo con esos docentes acosadores, incluso violadores que han tenido en su organización, muchos de ellos, solapados o hasta protegidos por sus mismos líderes.
Y aquí es importante detenerse. Los casos de acoso contra las maestras o quienes aspiran a una plaza en un plantel educativo ya sea de profesora, secretaria, administrativo, intendencia o lo que sea, brotan por todos lados, en primarias, secundarias, preparatorias, cometidos siempre por sujetos que son directores o tienen posiciones de poder dentro de los sindicatos.
Las denuncias de valientes mujeres, han sido públicas y ante las instancias legales correspondientes, pero no pasa nada, obviamente los sindicatos y sus líderes protegen a los acosadores, que, como los burros, entre ellos se rascan y no pasa nada. En eso se convierten los sindicatos magisteriales, en vulgares cómplices.
La peste y le podredumbre de organizaciones como el SNTE en San Luis Potosí, siguen permeando y es evidente que esas inercias que se arrastran desde viejos tiempos donde el sindicato sirvió como muchos otros, para alimentar la corrupción y la fuerza política de un partido; hoy en día pretenden utilizar la táctica de la manipulación y el chantaje para conseguir su propósito, sin importar si existe la idea de hacer las cosas de diferente manera por lo que supone, debería ser el bienestar de la educación, sin importar que la ciudad se voltee de cabeza por una marcha que afectó a niñas y niños, padres de familia, trabajadores de empresas o dueños de negocios.
Por lo pronto, en el transcurso de la siguiente semana, se iniciará esta parte del diálogo con las autoridades estatales y se verá si prevalecerá la cerrazón o el acuerdo sensato de parte de la sección 26 que querrá seguramente todo el pastel pero cero compromiso en favor de la educación.