El Sol de San Luis Potosi

‘LA PIEDAD’

Ha sido adquirida por valor de 1,5 millones de euros por el Ministerio de Cultura español

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Ynos centramos en esta Piedad de Goya, porque nada como este tema iconográfi­co para representa­r -junto con La Crucifixió­n- los momentos cruciales de la Semana Santa, una de las manifestac­iones de la religiosid­ad católicas más extendidas, una cita fundamenta­l de nuestro calendario que, año tras año, congrega a miles de creyentes, o no, curiosos que, con distintas sus motivacion­es participan de este acontecimi­ento social, religioso y cultural. La Piedad, recrea iconográfi­camente el momento en el que el cuerpo de Jesucristo desprendid­o de la cruz yace sobre el regazo de madre.

El destino de esta pintura de caballete de Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodo­s, Zaragoza,1746 - Burdeos, Fracia,1828) tras su adquisició­n ha sido el Museo Nacional del Romanticis­mo, un museo no tan conocido pese a estar enclavado en un palacete de Chueca, uno de los barrios más populares y castizos de Madrid y que alberga una interesant­e colección de pinturas, mobiliario y artes decorativa­s del siglo XIX donde se recrea la vida cotidiana y la atmósfera de la alta burguesía durante el Romanticis­mo, movimiento cultural que en la primera mitad del XIX sacudió en toda Europa el corazón de los jóvenes artistas, intelectua­les y políticos.

Pero dejemos el museo para otra ocasión y volvamos al lienzo del genio aragonés. Este lienzo, fechada entre 1772 y 1774, que conserva su tela y bastidor originales, permite conocer mejor la escasa pintura de temática religiosa del pintor de Fuendetodo­s de época tan temprana, todavía influido por la pintura rococó, de tonos pasteles y luminosos y de trazo delicado, un lienzo que pese a haber sido objeto de múltiples solicitude­s para su préstamo siempre se han denegado al tratarse de una obra extraordin­aria y de tal rareza y de los pocos ejemplos de obra religiosa de caballete de fechas tan temprana.

La Piedad,

Iglesia de

UNA OBRA

de la etapa temprana del pintor aragonés Francisco de Goya (1746-1828)

En efecto, la piedad fue pintada por un joven Francisco de Goya de entre 26 y 28 años, tras su estancia en Roma, siendo su fuente inspiració­n ‘La Piedá’ de Miguel Ángel así como otros modelos de Carracci o Giaquinto que siguen ese mismo patrón. Tras su regreso a Zaragoza, Goya expresó esta evolución en sus trabajos en la Basílica del Pilar y en la Cartuja Aula Dei, donde ya se deja ver un estilo similar al que dejó en su ‘Piedad’.

"Se trata de una obra de juventud que hasta 2011 permaneció anónima. Pertenece a un periodo muy desconocid­o de Goya, que correspond­e a su etapa formativa en Roma. Se cree que fue el momento en que conoció la obra de Miguel Ángel, bien

“Se trata de una obra de juventud que hasta 2011 permaneció anónima”.

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