Encuentran a obispo perdido por dos días
La Fiscalía de Morelos investiga la posibilidad de un secuestro exprés del prelado guerrerense
CUERNAVACA. Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, apareció ayer luego de que desapareció desde el sábado, informó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
La misma CEM confirmó ayer, con casi dos horas de diferencia, la desaparición y localización de Rangel Mendoza, de quien mencionó que estaba en cautiverio.
“Hacemos un respetuoso pero firme llamado a quienes mantienen en cautiverio a monseñor Rangel Mendoza para que, en un acto de humanidad y considerando su delicado estado de salud, le
SALVADOR RANGEL
es conocido por dialogar con criminales para pacificar zonas conflictivas
El fiscal morelense visitó al obispo
permitan tomar de manera adecuada y oportuna los medicamentos que requiere para su bienestar”, dijo la CEM en el comunicado que confirmaba la desaparición del obispo.
Cerca de las 18:30 horas, la CEM confirmó el hallazgo con vida de Salvador Rangel, quien fue hospitalizado en Cuernavaca, Morelos.
El fiscal general de Morelos, Uriel Carmona Gándara, señaló se investiga un secuestro exprés como móvil de la desaparición del obispo Salvador Rangel Mendoza.
Carmona Gándara visitó el Hospital General de Cuernavaca Dr. José G. Pa
FISCAL DE MORELOS rres para entrevistarse con Rangel Mendoza para corroborar su identidad y su estado de salud.
“Está bien, lo que se nos informa es que tiene que estar en observación; está cansado, se está reponiendo de este suceso. Nada más necesita los cuidados que corresponden a una persona de su condición, tomando en cuenta su edad y el tránsito por el que pasó”, dijo el fiscal.
El prelado católico, desapareció el sábado por la tarde en el municipio de Jiutepec, Morelos, cuando presuntamente se desplazaba hacia Guerrero.
Rangel Mendoza tiene 78 años de edad y, de acuerdo con la Iglesia, debe tomar medicamentos por su delicado estado de salud. En 2022 se contagió de Covid-19.
Nació en Tepalcatepec, Michoacán, en 1946 y se ordenó como sacerdote en la Orden de los Frailes Menores (Franciscanos). El papa Benedicto XVI lo nombró obispo de Huejutla, Hidalgo, en 2009 y en 2015 fue trasladado a la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, donde se pronunció en contra de la violencia y buscó a los líderes de grupos criminales para dialogar y buscar formas de pacificar la región.
Los diálogos con los líderes de grupos delincuenciales permitieron que se pacificara Chilapa, un municipio que se veía proyectando como uno de los más violentos de Guerrero debido a la disputa territorial que se mantenía en ese lugar entre los grupos delincuenciales conocidos como Los Ardillos y Los Rojos, él logró que estos platicarán y se pusieran de acuerdo en sus demarcaciones territoriales y con ello disminuyó sustancialmente la violencia en la zona baja de Guerrero.
Al cumplir 75 años por derecho canónico tuvo que renunciar a la Diócesis y se quedó como Obispo Emérito y se fue a vivir a Morelos a pesar de ellos, con esta investidura sigue trabajando en la pacificación del estado de Guerrero y apenas en el mes de febrero se lograron dos pactos que cesaron la violencia en Chilpancingo entre Los Ardillos y Los Tlacos, el otro en la zona de la sierra entre Los Tlacos y el cártel de La Familia Michoacana.
Su labor de dialogar también generó que muchas personas que habían sido secuestradas fueran liberaras tras su intervención y por ello pudieron regresar a sus hogares.
En sus declaraciones reveló que una zona que no logró pacificar fue el norte porque en municipios como Iguala y Taxco se tenían muchos grupos participando en la disputa de territorios.
Las posturas críticas en torno al gobierno de Héctor Astudillo Flores, generaron que mantuviera una marcada diferencia con el entonces secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, quien envió cartas al Episcopado Mexicano quejándose de él, también a la Secretaría de Gobernación para acusarlo por los diálogos con los delincuentes. En ambos casos no proliferaron las quejas, por lo que el político cortó la relación con el sector religioso y desapareció la Subsecretaría de Asuntos Religiosos.
“Está bien, lo que se nos informa es que tiene que estar en observación”