UNA LARGA FIESTA INAUGURAL
l o s l
2contingente de Checoslovaquia fue una de -la más ovacionadas, el público se puso de opie a su paso en el desfile de las naciones -- citan las reseñas que el Presidente tamsbién aplaudió en el palco de honor -, todas afueron vitoreadas, “ese público bullente, avociferante, que en momentos cala en el adelirio”, describió el periodista de la época -Carlos Denegri en su crónica de la ceremonia de apertura. e Se leyó en el tablero electrónico: “Méxisco ofrece y desea la amistad entre todos los epueblos del mundo”. El arquitecto Ramírez lvázquez, en su mensaje de bienvenida, afirmó conocedor de las raíces de este fenómeno social: “Hoy los Juegos Olímpicos representan la única oportunidad que tiene la juventud del mundo de reunirse para una convivencia pacífica y armoniosa”.
Entre los testigos de ese mensaje estuvieron presentes el atleta Jesse Owens y el boxeador Max Schmeling, en una celebración que se recuerda como muy mexicana: Hospitalaria, ruidosa, alegre y colorida, tanto que es un referente desde entonces por su calidez humana y diversas innovaciones que han sido un verdadero modelo, desde entonces. La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de México 1968 tuvo una duración de dos horas y ocho minutos desde el arribo del Presidente de la República Gustavo Díaz Ordaz y su comitiva al Estadio de Ciudad Universitaria.