GUÁRDAME DE QUIEN CONFÍO, QUE DEL QUE DESCONFÍO ME CUIDARÉ SOLO.
Seguro que o Mohamed no conoce este refrán o ha estado dormido cuando Avilés ha errado penales.
La jornada sabatina abrió a las 17:00 horas en el Estadio Azul, con un encuentro que prometía ser atractivo y aunque el León se encargó de realizar el juego atractivo, sin encontrar eco por parte del Cruz Azul, al no acertar a las opciones claras de gol, resultó estéril su buena intención de gustar al público. Cruz Azul, muy lejos del que venciera a Chivas la semana pasada, ha vuelto a mostrar ese juego gris, carente de alegría, reflejando la lejanía en que se ha quedado aquel Cruz Azul histórico que encendía la tribuna. Tantas filosofías propuestas por el mismo número de entrenadores que han practicado discursos que, o lo más seguro han carecido de una buena dialéctica o los jugadores no han sido buenos receptores, lo cual es dudoso de sospechar, ya que todos ellos vienen de equipos importantes en los que ha dejado grata huella.
El León está de más decirlo, ha mostrado una mucho mejor forma, llegando claramente a gol en dos oportunidades, una de Mauro Boselli, que fue asistido extraordinariamente por Elías Hernández, quien le dejó el balón a espaldas de la defensa azul, completamente de frente a gol, sin embargo, un pequeño empujoncito por parte de un defensor cementero le hizo perder el paso golpeando mal el balón... La otra fue obra del “Rifle” Andrade, a quien Corona hizo gran achique obligándolo a echar el balón apenas rozando el poste. Y nada, tuvimos que sufrir la otra mitad del juego, que no fue distinta de la primera. Cero a cero que aumenta la impaciencia de los seguidores de la Máquina, que vieron una vez más que Carlos Peña no es ni la sombra de lo que fue.
Y ¿que creen?, Querétaro y Tigres, no queriendo ser menos, pusieron en el marcador de “La Corregidora” otro horrible cero cero. Hay ocasiones en el que el cero a cero no es fiel reflejo de lo que sucede sobre el terreno de juego, ocurriendo que a pesar del buen trabajo de armadores y realizadores, los defensores se imponen. Tengo para mí como el mejor juego que he visto aquel que en 1970 nos regalaron Brasil e Inglaterra, que gracias a un pase de Pelé, que dejó solo a Jairzinho frente a un sorprendido Gordon Banks, que igual que la gente que abarrotaba las tribunas, no supimos con qué ojos Pelé espejeó al rapidísimo Jairzinho que anotó el gol del triunfo para Brasil. Aquel juego sin más que un gol, dejó complacido a todo el mundo, pues se vio en todas partes.
Claro, el juego entre “Gallos” y “Tigres” se jugó a un ritmo totalmente distinto al de Cementeros y León, siendo la ausencia de goles su único defecto, ya que tuvo un buen número de intervenciones de los porteros. La sorpresa grande se dio desde el inicio, cuando al saltar “Tigres” al terreno lo hizo sin Gignac, quien viera acción hasta la segunda parte.
A las 19:00 horas, en el “Miguel Hidalgo”, el Pachuca recibió a Lobos BUAP, a quienes no dieron oportunidad de meter las manos y a los 10 minutos ya les habían hecho el primer gol por conducto del chileno Angelo Zagal. Trece minutos más adelante, Franco Jara cobró un castigo (penal) decretado a Lobos, para aumentar la diferencia a dos y después al 39, en una extraordinaria jugada colectiva, el jovencito Aguirre, sacando y burlando al portero anotó el tercero. En la segunda parte, Pachuca ya no fue el mismo y salvo un tiro de Honda que después de estrellarse en el poste derecho, chocó con el izquierdo para regresar a zona de juego, en donde fue rematado pero en posición fuera de juego. Heriberto Olvera descontó para Lobos con un soberbio disparo raso que casi tocó el poste derecho antes de introducirse. Y ya no hubo goles, aunque sí emociones.
A la misma hora, en Monterrey, ya con mejor clima, siendo el único frío el que se presentaba en el marcador, que vaticinaba el tercer cero de la jornada sabatina. Y ocurrió, Avilés Hurtado, súper promocionado por los comentaristas como el mejor jugador de la Liga MX, que evidencia mi mal criterio, pues jamás he logrado verle las virtudes que tanto se le alaban. El que sin duda hace falta a “Rayados” es Carlos Sánchez, que hoy no ha estado en el campo. “Xolos”, con una defensa central examericanista, contuvo al poderoso ataque “Rayado”, cuya mayor oportunidad de anotar le fue concedida al mencionado Avilés Hurtado cuando imprudentemente fue empujado por la espalda cuando esperaba un centro de Dorlan Pabón.
Estoy seguro que muchos de ustedes, al igual que yo, sienten la seguridad de lo que ocurrirá cuando el cobro de un penal se le concede a un jugador especializado en fallarlos. Mohamed en el pecado lleva la penitencia, pues a pesar de tanta experiencia con Avilés Hurtado, respecto a su mala técnica para cobrar los castigos, continúa concediéndole un privilegio que debería ser compartido hasta encontrar al jugador más efectivo al respecto. Aun así, el cobro debió repetirse, porque mucho antes del toque al balón Lajud ya se encontraba dos metros adelante de la línea de gol, aunque sé bien que son muy pocos los árbitros que lo marcan, o tal vez este no haya querido premiar a alguien tan chambón como Avilés Hurtado... 0-0 con sabor a derrota para “Rayados”.
Hasta pronto amigo.