Santoral del día
En 1456, cuando tenía setenta años, se encontró en las puertas de Belgrado amenazado por el ejército turco, animando a las tropas cristianas armado sólo con una cruz de madera y su voz robusta: "Avanzando o retrocediendo, atacando o siendo atacados -gritaba- invoquen el nombre de Jesús 'En el está la salvación'". Era el 21 de julio.
A los tres meses, el 23 de octubre, Fray Juan de Capistrano moría en IIok (Villaco, en Austria).
Nació en 1386 y era hijo de un barón alemán y de madre abruzzesa. Por su aspecto nórdico lo llamaban Juanalemán. En Perusa estudió derecho civil y eclesiástico, se graduó como excelente jurista.
Fue nombrado gobernador de la ciudad. Cuando Perusa fue atacada y ocupada por los Malatesta, Juan perdió su alto cargo y su libertad.
En la cárcel pudo meditar sobre la vanidad de los honores mundanos y cuando salió de la prisión ya transformado interiormente, obtuvo la anulación del matrimonio e ingresó con los frailes franciscanos de Asís, que habían acogido la reforma de San Bernardino, de quien Juan Capistrano había sido amigo y discípulo.
Así comenzó entonces para el dinámico fraile esa múltiple actividad apostólica que durante cuarenta años lo vio comprometido en varios puntos de Europa como infatigable organizador de obras de caridad, mensajero de paz, misionero entre los Husitas, en Baviera, en Turigia, en Sajonia, Silesia y en Polonia.
Los Papas lo tuvieron como consejero, misionero diplomático en varios Estados italianos.
El rey Fernando III lo quiso en Austria, visitador de Tierra Santa y los Países Bajos. Organizador de las cruzadas contra los turcos.
Pero sus mayores victorias las obtuvo en las trincheras de la ortodoxia, en defensa contra la herejía y el espíritu franciscano en defensa de la paz civil y religiosa.
Murió en el surco el 23 de octubre de 1456 y fue canonizado en 1690.