El Sol de Tampico

El agua y la apertura de nuestras presas

- Gobernador­a de Chihuahua

año se abren las compuertas de nuestras presas y el agua fluye hacia los distritos de riego. Año con año, los productore­s y todos los chihuahuen­ses que trabajan el campo inician un nuevo ciclo agrícola con la esperanza de tener un sustento digno para sus familias y llevar alimentos a la mesa de muchos mexicanos, enaltecien­do la histórica tradición productiva de nuestro estado.

Año con

Sin embargo, la sequía –producto del calentamie­nto global y la deforestac­ión– representa hoy un gran desafío para nuestro país y para todo el mundo. De acuerdo con el Mapa de Sequía en México de febrero pasado, el 74.91% del territorio nacional presenta algún grado de sequía.

Frente a esta situación, las autoridade­s de los tres órdenes de gobierno debemos trabajar de manera coordinada para atender las consecuenc­ias de este fenómeno climático en cada región y hacer frente al estrés hídrico, tomando todas las medidas de corto, mediano y largo plazo que se requieran a fin de mitigar sus efectos entre la población.

¿Cuál es el panorama que enfrenta nuestro Estado? Chihuahua hoy se encuentra en emergencia por sequía. Según los expertos, la temporada de lluvias de 2024 no será suficiente para recuperar el nivel de nuestras presas. Se prevé que éstas se mantendrán en un nivel inferior al 50% de su capacidad, esto es, en una condición similar a las del ciclo 2023.

Algunos municipios viven una crisis más aguda que otros, no obstante, la urgencia es la misma. Debemos atender la contingenc­ia desde todos los frentes posibles. Por supuesto, no perdemos la esperanza de que, contra todo pronóstico, llegue la lluvia con abundancia o de que, al menos, existan condicione­s para estimular la lluvia a través del “bombardeo” de nubes.

Los chihuahuen­ses somos vencedores del desierto. La vocación agrícola y ganadera de nuestra gente ha sabido sacarle prosperida­d a la precarieda­d. Hemos logrado que germine la vida y el progreso en la aridez. Hoy caminamos con ese optimismo, pero es cierto que la esperanza y esa actitud positiva deben estar acompañada­s del trabajo duro y constante.

Es momento de que todos los chihuahuen­ses generemos una economía que promueva el uso racional de nuestros mantos acuíferos. Debemos aprovechar los recursos propios de cada ecosistema, desarrolla­r una producción basada en cultivos que no rompan el equilibrio ambiental, llevar a cabo una inversión pública y privada continua en proyectos de modernizac­ión que contribuya­n substancia­lmente al ahorro de agua, tanto en la industria, en la producción agrícola y, por supuesto, en el uso doméstico.

En este enfoque, los gobiernos no pueden dejar de lado la dimensión social. Por ello también debe haber esfuerzos dirigidos a las zonas más vulnerable­s por la pobreza y la marginació­n de sus habitantes, para garantizar el alimento de las familias y prevenir el desplazami­ento forzado a causa de la sequía.

Como podemos ver, el desafío es integral. Esto nos exige una respuesta igualmente integral. Por ello, mientras se invierte en métodos de riego avanzado para aprovechar hasta la última gota de nuestro líquido vital, es necesario que construyam­os una cultura del cuidado del agua y de la naturaleza. Todos debemos ser agentes de cambio en acciones y políticas que beneficien al medio ambiente y que tengan como tarea urgente el cuidado de nuestros recursos hídricos.

En lo que refiere al ámbito político, aún hay mucho por hacer. Es nuestro deber y misión apoyar a nuestros productore­s, de tal modo que el alimento nunca escasee, sobre todo en los lugares con mayor necesidad. Los tomadores de decisiones debemos poner en marcha cada vez más y mejores programas y esquemas de apoyo para el campo.

Pero también es necesario comprender que esta tarea nos convoca y nos compromete a todos. Sólo en la medida en que la sociedad entera se involucre (cada sector desde su trinchera), podremos hacerle frente de manera exitosa a este gran reto.

A la sequía se le vence juntos. Más allá de agendas políticas o visiones de gobierno, esta emergencia climática nos exige unir voluntades, y sí, evitar el dolor que puede ser evitado, y asegurar que el Chihuahua del mañana sea una tierra próspera para la vida y el desarrollo colectivo.

A la sequía se le vence juntos. Más allá de agendas políticas o visiones de gobierno, esta emergencia climática nos exige unir voluntades, y sí, evitar el dolor que puede ser evitado, y asegurar que el Chihuahua del mañana sea una tierra próspera para la vida y el desarrollo colectivo

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