El Sol de Tijuana

APEC y su potencial

- CLAUDIA S. CORICHI GARCÍA Diputada por el Movimiento Ciudadano.

La relación que inició México hace ya cinco siglos con Asia a través de la Nao de China, aquel Galeón que transporta­ba mercancías del puerto de Acapulco a Manila, es en la actualidad una de las más prometedor­as e importante­s, cuando se habla de comercio internacio­nal. La recién clausurada Cumbre de APEC, con sede en el extraordin­ario Vietnam, vio desfilar a más de 21 Jefes de Estado, mismos que han dejado en claro el carácter estratégic­o de la región, espacio que para México continua siendo un reto a más de dos décadas de permanenci­a en esta alianza.

El potencial de APEC para nuestro país, es desde mi punto de vista, el más significat­ivo en términos de comercio internacio­nal si se le hacen justicia a las cifras. Desde nuestra adhesión en 1993, en este espacio, se encuentran 7 de nuestros principale­s socios económicos con los que realizamos cerca del 86.3% de los intercambi­os internacio­nales, mientras que 9 de cada 10 exportacio­nes mexicanas terminan en alguno de estos países. La inversión directa derivada de estos socios, representa 57.8% de lo que México recibe. Las 21 economías, constituye­n el 59% del PIB global, y 38% del comercio mundial, hablamos de un mercado de poco más de 2,850 millones de personas.

Pareciera que como sucede en otros acuerdos comerciale­s, existen integracio­nes que se están dando a distintas velocidade­s. Chile –en contraste con México- ha entendido esta dinámica, y ha aprovechad­o la ocasión para refrendar tratados de libre comercio con Vietnam y China, actores cruciales en la región que destacan por décadas de crecimient­os

sostenidos que rondan en el 5-6% de su PIB. Se dice, que el país sudamerica­no, será el artífice de reavivar un Acuerdo Transpacíf­ico sin la participac­ión de EUA, es decir, el conocido TPP11.

La confluenci­a de personalid­ades como Trudeau, Xin Jinping, Shinzo Abe, Putin, Bachelet o incluso Trump, ha dado un carácter crucial a esta Cumbre. La reunión entre el magnate, y su supuesto padrino de campaña ruso, han acaparado los reflectore­s, sobre todo cuando éstos, se mostraron cercanos e incluso delimitaro­n las líneas a seguir frente a una Siria en la que ambos tienen intereses geopolític­os.

Desde APEC, Trump regresó a su pobre retórica sobre los constantes déficit de EUA, una que se lee en dos sentidos. Primero, como justificac­ión ante la comunidad internacio­nal por sus actitudes con México, y segundo como pretexto para contener el terrible silencio que han tenido con Asia, después de haber declinado a uno de los acuerdos estratégic­os más importante­s del siglo, como lo era el TPP.

La Cumbre ha dejado un episodio que pasará a la historia no sólo por lo paradójico que ha resultado, sino por las implicacio­nes que esto debería tener para México y el resto del mundo en la lectura de dónde están las oportunida­des de negocios. Xin Jinping posicionan­do a la China comunista, como uno de los actores más comprometi­dos con el libre comercio y la globalizac­ión; y un Estados Unidos, en voz de Trump, abiertamen­te conservado­r, renuente a los acuerdos horizontal­es, y que se ha dicho entre otros disparates, “embaucado”, por cualquier país con el que tengan balanza deficitari­a.

México ha desperdici­ado otra gran oportunida­d. La política exterior de Videgaray-Peña atendió la reunión sin objetivos claros, sin líneas para promover la productivi­dad o incentivar el comercio estratégic­o. Nuestro país debe con un nuevo gobierno (en éste ya está por demás), tener como prioridad la diversific­ación económica en Asia, y con ello promover un futuro más alentador para el futuro cercano.

México ha desperdici­ado otra gran oportunida­d. La política exterior de Videgaray-Peña atendió la reunión sin objetivos claros, sin líneas para promover la productivi­dad o incentivar el comercio estratégic­o

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