Macron enfrenta nueva turbulencia
El presidente francés tendrá que lidiar con un supuesto conflicto de intereses desde 2010
PARÍS, Francia. Cada vez más hundido en los sondeos, el presidente francés Emmanuel Macron atraviesa la secuencia política más traumática desde que asumió el poder, hace 15 meses. Apenas surgido del torbellino provocado por el jefe de seguridad del Palacio del Elíseo, Alexandre Benalla, acusado de haber intervenido en la represión de manifestantes, Macron se encuentra sumergido en un nuevo escándalo y enfrenta una rebelión dentro de su propio partido, La República en Marcha (LREM).
El problema más grave obedece al supuesto conflicto de intereses que plantean los lazos familiares del secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, con el armador naviero MSC. Esa empresa ítalo-suiza de cruceros, fundada en 1987 por el italiano Gianluigi Aponte, está dirigida por primos de su madre.
El conflicto surge de dos intervenciones ocurridas en 2010 y 2011, cuando Macron era ministro de Economía durante la presidencia de François Hollande. En ese momento, Kohler ocupaba la secretaría general del ministerio y, como representante del gobierno, era miembro del consejo de administración de los astilleros navales STX France, instalados en SaintNazaire, cuyo principal cliente era MSC.
La suma del escándalo Benalla y del caso Kohler contribuyeron a acelerar el deterioro de la imagen de Macron ante la opinión pública. Un sondeo demostró que el presidente perdió cinco puntos, según el instituto YouGov. Con sólo 27% de opiniones positivas, el jefe del Estado se encuentra en el nivel más bajo desde que llegó al poder.
Eso explica en parte la rebelión que estalló entre los parlamentarios del LREM por diversas “traiciones” programáticas de Macron. Varios diputados aliados han confesado su decepción por la gestión del presidente.
El conflicto surge de dos intervenciones entre 2010 y 2011, en la época en que Macron era ministro de Economía de Hollande