Nombraron a García Luna El Tartamudo
Sergio Villarreal, excabecilla de los Beltrán Leyva, dijo que pagaban 1.5 mdd al mes al extitular de Seguridad
NUEVA YORK, EU. El Compa o El Tartamudo eran los apodos con los que se referían a Genaro García Luna dentro del Cártel de Sinaloa, durante su época como director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), cuando recibía sobornos de 1.5 millones de dólares al mes, según el testimonio de Sergio Villarreal Barragán, El Grande, el primer testigo que declaró en el juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública.
Ayer se dio el arranque formal del juicio en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, con los alegatos de los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, de la defensa y el testimonio de El Grande, excabecilla del Cártel de Juárez, primero, y de la organización de los Beltrán Leyva —aliados del Cártel de Sinaloa— después.
De acuerdo con El Grande, García Luna recibió sumas millonarias del Cártel de Sinaloa entre 2001 y 2008, durante los gobiernos de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, y añadió que la información y cooperación del acusado “fue clave para el crecimiento del Cártel de Sinaloa”.
Villarreal Barragán aseguró que él estuvo presente en al menos 20 reuniones entre Arturo Beltrán Leyva, Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, exdirector de Seguridad Federal de la desaparecida Policía Federal (PF).
Mencionó que Arturo Beltrán —uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva, abatido en 2009 en Cuernavaca, Morelos— fue el principal encargado de pagar los sobornos a García Luna en las reuniones celebradas casi siempre al sur de la Ciudad de México que “se dieron entre 2001 hasta al menos 2008”.
El Grande fue detenido en 2010 en Puebla y deportado a Estados Unidos en 2012 tras servir como testigo protegido para la entonces Procuraduría General de la República (PGR), de la cual fue agente antes de ser reclutado por el Cártel de Juárez que dirigía Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y luego su hermano, Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy.
Confesó haber participado en el secuestro, tortura y asesinato de al menos 90 personas, antes de convertirse en testigo protegido para el gobierno de EU.
Como parte de su testimonio, narró que hubo una ocasión en que le pagaron a García Luna y a Cárdenas Palomino 16 millones de dólares, la mitad de lo que valía un cargamento de dos toneladas de cocaína que decomisaron a los adversarios de los Beltrán Leyva, gracias a información que les dio la extinta AFI.
En algún momento, indicó, “posiblemente en 2003, Arturo Beltrán Leyva le regaló a García Luna una motocicleta Harley Davidson edición especial”.
Sostuvo que el crecimiento del Cártel de Sinaloa entre 2001 y 2008 no hubiera sido posible sin el apoyo de distintos gobiernos y corporaciones, como la Agencia de Investigación Criminal y la Secretaría de Seguridad Pública, instituciones de las que fue titular García Luna.
“(García Luna) Era alguien que no solo se hacía de la vista gorda, sino que aportaba información y cooperación, que fue clave para el crecimiento del Cártel de Sinaloa. Nos ayudaba a quitar y poner aliados y compartíamos información con él para pegarle a nuestros contrarios”, dijo.
El fiscal Brian Peace señaló que García Luna jugó un doble papel en el supuesto combate al crimen organizado entre 2006 y 2012, y que “la persona que debía encabezar la lucha en contra del Cártel de Sinaloa era en realidad uno de sus principales aliados”.
La defensa de García Luna, encabezada por César de Castro, desacreditó a los testigos que presentará el Departamento de Justicia por ser todos criminales confesos y ensalzó la labor del exfuncionario en la llamada guerra contra el narcotráfico.
“(García Luna) fue clave para el crecimiento del Cártel de Sinaloa”