La ministra Esquivel y el refrán del pato
Si camina como pato, grazna como pato y se comporta como pato, entonces ¿es un pato? En el ámbito del Derecho y la procuración de justicia la respuesta no siempre es tan sencilla, y como ejemplo el caso de la ministra Yasmín Esquivel, quien de ser señalada como responsable de un acto de plagio, en breve podría ser identificada como víctima de una red de corrupción en la Universidad Nacional Autónoma de México. A la luz de las pruebas que la ministra aportó para su defensa en la Fiscalía General de Justicia de la CdMx, y que integran la carpeta de investigación CIFIEC/ACI/UI-2 C/D/00647/12-22, el plagiario parece ser Édgar Ulises Báez Gutiérrez, o por lo menos así lo aseguran en sus confesiones expresas la directora de tesis, Martha Rodríguez Ortiz, y el propio exalumno de la Facultad de Derecho de Ciudad Universitaria.
Báez Gutiérrez ha defendido la originalidad de su trabajo apelando al principio de “primero en tiempo, primero en Derecho”; pero también ha revelado que su asesora de tesis, la misma Martha Rodríguez, le mostró un trabajo sobre sindicatos que estaba realizando otra alumna, y que de ese trabajo tomó varias referencias y texto, “porque necesitaba acabar la carrera rápido”. El trabajo al que tuvo acceso, según los documentos bajo análisis, fue el de la ministra Esquivel. Efectivamente, la tesis “Inoperancia del sindicato de los trabajadores de confianza del artículo 123 constitucional apartado A”, atribuida a Édgar Ulises, se presentó en 1986; pero hay evidencia bajo peritaje que establece que Esquivel Mossa tenía listo y aprobado el capitulado de su trabajo de titulación desde diciembre de 1985; pero se demoró un par de años más en titularse porque no había completado el servicio social.
El escenario obliga a cuestionar ese principio de temporalidad y a analizar a fondo todas y cada una de las pruebas y declaraciones de los involucrados; las cuales, por cierto, apuntan hacia el mismo resultado: que Yasmín Esquivel fue la autora de la tesis original y que ésta fue reproducida hasta en cinco ocasiones porque la asesora compartió el texto con Báez Gutiérrez y con otros alumnos. De hecho, tal investigación fue el primer paso que debió haberse dado en la UNAM, antes de declarar culpable a la ministra con base en la lógica de las fechas; peor aún, a tan sólo dos días de que se votara el cargo de presidente en la Suprema Corte de Justicia, una posición en la que Esquivel estaba particularmente interesada. Difícil pensar, por el prestigio de la Universidad, que el señalamiento tuvo un objetivo político; pero también cuesta pensar lo contrario.
En suma, el que camina como pato no siempre será un pato y en el edificio de rectoría finalmente lo pudieron entender. Enrique Graue ha anunciado que la ministra Yasmín Esquivel tendrá un espacio para defenderse conforme al debido proceso; el mismo que deberán tener esos cinco alumnos que copiaron el trabajo del escándalo, y muchos otros que con un título cuestionable en su muro ven el conflicto desde la TV.