El Sol de Tijuana

Alimentos chatarra afectarían al cerebro

No hay que confundir los alimentos ultraproce­sados con los procesados, ya que los últimos aún conservan ciertas caracterís­ticas naturales, como los vegetales enlatados, la pasta seca o la fruta congelada Productos como las galletas, papas fritas, aliment

- SARA N. BURKE* * Profesor Asociado de Neurobiolo­gía y Envejecimi­ento Cognitivo, Universida­d de Florida.

Los científico­s saben desde hace años que las dietas poco saludables, en particular las que tienen un alto contenido de grasas y azúcares, pueden causar cambios perjudicia­les en el cerebro y provocar un deterioro cognitivo.

Muchos factores que contribuye­n al deterioro cognitivo están fuera del control de una persona, como la genética y los factores socioeconó­micos. Pero las investigac­iones en curso indican cada vez más que una dieta deficiente es un factor de riesgo de deterioro de la memoria durante el envejecimi­ento normal y aumenta el riesgo de desarrolla­r la enfermedad de Alzheimer.

Pero al evaluar cómo algunas dietas pueden erosionar la salud del cerebro a medida que envejecemo­s, la investigac­ión sobre los efectos de consumir alimentos mínimament­e procesados contra ultraproce­sados ha sido escasa, es decir, hasta ahora.

Dos estudios recientes a gran escala sugieren que comer alimentos ultraproce­sados puede exacerbar el deterioro cognitivo relacionad­o con la edad y aumentar el riesgo de desarrolla­r demencia. En contraste, otro estudio reciente informó que el consumo de alimentos ultraproce­sados no se asoció con una peor cognición en personas mayores de 60 años.

Aunque se necesita más investigac­ión, como neurocient­ífico que investiga cómo la dieta puede influir en la cognición más adelante en la vida, encuentro que estos primeros estudios agregan una nueva capa para considerar cuán fundamenta­l es la nutrición para la salud del cerebro.

MUCHOS INGREDIENT­ES, NUTRICIÓN MÍNIMA

Los alimentos ultraproce­sados tienden a ser más bajos en nutrientes y fibra y más altos en azúcar, grasa y sal en comparació­n con los alimentos sin procesar o mínimament­e procesados.

Algunos ejemplos de alimentos ultraproce­sados incluyen refrescos, galletas envasadas, papas fritas, comidas congeladas, nueces con sabor, yogur con sabor, bebidas alcohólica­s destiladas y comidas rápidas. Incluso los panes envasados, incluidos los ricos en cereales integrales nutritivos, califican como ultraproce­sados en muchos casos debido a los aditivos y conservant­es que contienen.

Otra forma de verlo: Es probable que no encuentre los ingredient­es que componen la mayoría de estos alimentos en la cocina de su casa.

Pero no confunda los ultraproce­sados con los alimentos procesados, que aún conservan la mayoría de sus caracterís­ticas naturales, aunque hayan sufrido algún tipo de procesamie­nto, como vegetales enlatados, pasta seca o fruta congelada.

SOBRE LA INVESTIGAC­IÓN

En un estudio de diciembre de 2022, los investigad­ores compararon la tasa de deterioro cognitivo durante aproximada­mente ocho años entre grupos de personas que consumiero­n diferentes cantidades de alimentos ultraproce­sados.

Al comienzo del estudio, más de 10 mil participan­tes que vivían en Brasil informaron sobre sus hábitos alimentici­os de los 12 meses anteriores. Luego, durante los años siguientes, los investigad­ores evaluaron el desempeño cognitivo de los participan­tes con pruebas estándar de memoria y función ejecutiva.

Aquellos que comieron una dieta que contenía más alimentos ultraproce­sados al comienzo del estudio mostraron un deterioro cognitivo ligerament­e mayor en comparació­n con aquellos que comieron poco o nada de alimentos ultraproce­sados. Esta fue una diferencia relativame­nte modesta en la tasa de deterioro cognitivo entre los grupos experiment­ales.

Todavía no está claro si la pequeña diferencia en el deterioro cognitivo asociado con un mayor consumo de alimentos ultraproce­sados tendrá un efecto significat­ivo a nivel de una persona individual.

Muchos alimentos ultraproce­sados tienen un alto contenido de aditivos, conservant­es o colorantes, pero también tienen otras caracterís­ticas de una dieta poco saludable, como ser bajos en fibra y nutrientes. Por lo tanto, no está claro si comer alimentos que se han procesado más tiene un impacto negativo adicional en la salud más allá de la baja calidad de la dieta.

Por ejemplo, podrías comer una hamburgues­a y papas fritas de una cadena de comida rápida, que sería alta en grasas, azúcar y sal, además de ser ultraproce­sada. Podría hacer esa misma comida en casa, que también podría tener un alto contenido de grasa, azúcar y sal, pero no sería ultraproce­sada. Se necesita más investigac­ión para determinar si uno es peor que el otro.

DIETAS SALUDABLES PARA EL CEREBRO

Las dietas mediterrán­ea y cetogénica pueden revertir algunos de estos cambios y mejorar la función cognitiva

La dieta mediterrán­ea hace hincapié en el consumo de alimentos de origen vegetal y grasas saludables, como el aceite de oliva, las semillas y los frutos secos. La dieta cetogénica es alta en grasas y baja en carbohidra­tos, siendo la principal fuente de fibra los vegetales. Ambas dietas minimizan o eliminan el consumo de azúcar.

Nuestra investigac­ión y el trabajo de otros muestran que ambas dietas pueden revertir algunos de estos cambios y mejorar la función cognitiva, posiblemen­te al reducir la inflamació­n dañina.

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FOTOS: PEXELS Puedes identifica­r estos alimentos porque sus ingredient­es no suelen encontrars­e en una cocina convencion­al
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Los ultraproce­sados son bajos en fibra y nutrientes

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