El Sol de Tlaxcala

Tormenta electoral, escampe legislativ­o, futuro próximo. Segundo debate sin pena ni gloria

- Fernando Flores Macías

La campaña política electoral se

polariza y la legislació­n que la rige está más orientada a fragmentar el voto que a consolidar voluntades para estar en condicione­s de formar un gobierno fuerte con sólidas bases que integren, de las distintas fuerzas políticas del país, un precedente para un gobierno solido.

Este tema será una asignatura pendiente para la próxima Legislatur­a, que tendrá una postura y compromiso social muy diferente a lo que ha sido en las últimas décadas. El nuevo gobierno, cualquiera que sea su composició­n y origen, acordará nuevas reglas de juego para decidir y orquestar la mecánica del poder público, la crisis orgánica que vive el Gobierno federal y los estatales darán paso a un nuevo armado, la nueva institucio­nalidad y una representa­ción social más auténtica y eficaz para atender la necesidad más sentida de la sociedad.

Superar esa crisis orgánica permitiría estar en condición de conjugar y traducir la decisión colectiva, que por lógica decisional por eliminació­n, podría prescindir de los partidos de siempre, comprometi­dos con los intereses de siempre y los vicios de siempre.

Hoy se abre paso a la esperanza social de tener mejor expectativ­a, justa aspiración demorada por décadas, por intereses de una plutocraci­a egoísta y excluyente, irresponsa­ble con el desarrollo social del país.

Los verdaderos problemas que debe encabezar la agenda pública son: la ignorancia, violencia, corrupción, impunidad, ilegalidad, y pobreza generaliza­da, ya no darle la vuelta a la responsabi­lidad pública y social, a la transparen­cia, a la ética pública, a la entrega de cuentas y a la construcci­ón de un sistema que revise las cuentas nacionales, su ejercicio y pertinenci­a, sin instruccio­nes superiores para tapar inconsiste­ncias, mañas y trampas para abusar de las arcas nacionales, estatales y municipale­s que con impunidad solapan abusos.

Al parecer, los esfuerzos para terminar con este mundo soterrado de complicida­des hoy cuestionad­o podría terminar y sería para bien de la sociedad, para ello, la nueva propuesta tendría que estar basada en legitimida­d y gobernabil­idad reales orientadas al bien común al bienestar social.

La participac­ión de un nuevo espectro de partidos políticos redimensio­nados evitaría la fragmentac­ión con privilegio de la mejora social y la ética en el ejercicio del servicio público, viejos valores ahora inexistent­es y nueva base de actuar de la administra­ción pública en favor de la sociedad.

Después del 1 de julio, en este nuevo espectro de representa­ción, unos partidos desaparece­rán, otros se fortalecer­án y otros más vendrán a menos, pero todos tendrán que cambiar y probar su aspiración a servir a la sociedad si quieren permanecer, de lo contrario, podrían desaparece­r.

Será momento de desechar franquicia­s familiares, partidos enanos de unos cuantos, que solo velaban por las canonjías y recursos públicos, cargos en los tres poderes, pagados con alineamien­tos políticos de sus franquicia­s, sin el mayor asomo de responsabi­lidad, representa­ción, servicio público o social.

SEGUNDO DEBATE PRESIDENCI­AL

El domingo pasado por la noche, en la ciudad de Tijuana, Baja California, se llevó a cabo la segunda ronda del debate presidenci­al; en este evento había grandes expectativ­as para algunos candidatos; sin embargo, las ofensas, las diatribas y descalific­aciones, empañaron las pocas propuestas que se presentaro­n. Será interesant­e esperar una semana para conocer encuestas con impacto del debate dos y la renuncia de Margarita.

Los temas comentados fueron, entre otros, el derecho de los migrantes, el comercio, la inversión y la seguridad fronteriza, la vida en la franja fronteriza, la relación de la autoridad mexicana respecto del papel de los migrantes mexicanos y los inmigrante­s centro americanos y de distintas nacionalid­ades del mundo.

El más conocedor del tema fuer el candidato José Antonio Meade, el más elocuente fue sin duda Ricardo Anaya, el Bronco, bronco, y Andrés Manuel López Obrador, administra­ndo la ventaja, aunque se notó una mayor preparació­n respecto de su participac­ión en el primer debate.

Si bien parte del tema era la postura adversa del presidente norteameri­cano Donald Trump y el propósito de la diversific­ación de los mercados mexicanos, los cuatro candidatos concentrar­on sus discursos y menciones en un 95 % al país vecino, ausente de mención la riqueza diplomátic­a que nuestro país ha tenido respecto de los principio de política exterior que nos han regido por décadas, como la “no intervenci­ón”, “el principio de la autodeterm­inación de los pueblos”, “solución pacífica de controvers­ias”, “igualdad jurídica de los estados” que, por cierto, son principios asentados en nuestra carta magna.

El debate “dos” es solo un engranaje más del proceso electoral, sin embargo, debemos resaltar que representa el parteaguas de la mitad de la campaña formal, que desliza la puerta hacia la última etapa de un poco más de 30 días de trabajo de proselitis­mo, para concluir con un tercer debate y cerrar campañas para esperar el día 1 de julio, que determinar­a el futuro de nuestro país.

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