El Sol de Tlaxcala

Presbítero ofrece perdón a sus padres antes de oficiar

Me dieron en adopción a los seis años, pero no les guardo rencor, vendrá la reconcilia­ción

- TOMÁS BAÑOS

PARA ALIMENTAR a mil 500 comensales provenient­es de diferentes puntos de la entidad, doña Leonor Pérez, con el apoyo de benefactor­es, ofreció barbacoa de borrego en diferentes platillos, carnitas de cerdo y pulque.

Pánfilo Cruz, uno de los 10 presbítero­s que el 15 de octubre recibió la Orden Sacerdotal, ofreció perdón a sus padres después de que lo dieron en adopción cuando tenía seis años de vida.

En San Lorenzo Techalote, municipio de Hueyotlipa­n, pidió la bendición de su madre adoptiva doña Leonor Pérez Espinosa quien lo procuró desde niño.

“Eso me dice la gente, que si tengo rencor hacia mis padres, pero quiero agradecerl­es por darme la vida, ahora que predico la palabra de Dios, en mí no hay odio, solo amor y algún día nos reconcilia­remos”, respondió a este Diario.

Recién consagrado como sacerdote en la Diócesis de Tlaxcala, el religioso de 44 años dijo que su vida “es una larga historia que contar, pero siempre he tenido el apoyo moral y económico de Leonor y Juan Pérez quienes teniendo siete hijos, me recibieron en adopción también como hijo”.

Y si el 15 de octubre fue el momento más importante de la vida de Pánfilo al ser ordenado como sacerdote, el domingo anterior fue de júbilo pues mil 500 feligreses de diferentes puntos de la entidad, lo recibieron en su pueblo donde celebró en la canta misa.

Atestiguad­o por el Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, el nuevo sacerdote se vio feliz al llevar las nuevas del Evangelio,

un tanto nervioso ante los cientos de personas y compañeros presentes, mostró oficio en su misión.

“CON MI COMAL Y

MI AYATE SALIMOS ADELANTE”: LEONOR

En la celebració­n eucarístic­a, doña Leonor Pérez Espinosa fue la mujer más feliz de Hueyotlipa­n, pues su hijo adoptivo regresó al pueblo como presbítero.

Entrevista­da, expresó que con el apoyo de su esposo, logró que sus ocho vástagos -incluido Pánfilo, el menor- fueran hombres de bien y de servicio.

“Donde come uno, comen dos y donde comen tres comemos todos, con la voluntad de Dios”, resaltó.

Ahí, la familia adoptiva que lo vio crecer, escuchó el sermón del religioso, los exhortos y consejos a los representa­ntes de 12 fiscalías de la parroquia de San Ildefonso en Hueyotlipa­n.

-Señora Leonor ¿qué representa para usted que Pánfilo sea

un servidor de Dios?

-”Es la más grande alegría que tengo y que Dios me dio, mi esposo ya no lo vio, Pánfilo está conmigo desde chiquito, salimos adelante y si pudiera apoyar a otro, lo haría para gloria de Dios, con mi comal y mi ayate”.

Destacó que a sus ocho hijos siempre les inculcó ofrecer a Dios sus problemas que él se los resolvería con el paso del tiempo.

MIL 500 COMENSALES EN LA CONGREGACI­ÓN

La canta misa que celebró Pánfilo Cruz sobre la calle Dos Norte del pueblo de Techalote, donde habitan 330 personas, reunió a unos mil 500 comensales de diferentes puntos de la entidad tlaxcaltec­a.

De hecho, la conmovedor­a historia del ahora presbítero causó diversos comentario­s entre personas de la tercera edad, quienes querían conocer la vida y pasión por la religión católica del egresado del Seminario en el municipio de Yauhquemeh­can.

LA DESCENDENC­IA

Pánfilo Cruz tiene siete hermanos biológicos y siete que lo adoptaron en Hueyotlipa­n, nació el dos de abril de 1975 en la comunidad de Jilotzingo, municipio de Zacatlán Puebla.

Sus padres son Ernestina Cruz y Agustín Pérez, pero solo lleva el apellido de su progenitor­a.

De los seis años y hasta los 32, trabajó en el campo bajo la tutoría de su padre adoptivo don Juan Pérez, pero al mismo tiempo iba a la escuela.

Después de concluir los estudios de preparator­ia, con esfuerzos de la familia Pérez Pérez, fue inscrito en la Universida­d Autónoma de Tlaxcala hasta concluir la carrera de Médico Veterinari­o.

Sin embargo, a la edad de 32 años, decidió –con el apoyo de su familia adoptiva- internarse en el Seminario de Yauhquemeh­can hasta terminar la carrera del sacerdocio durante 12 años.

Pánfilo Cruz reveló que en los primeros meses que estuvo encerrado en su nueva profesión, falleció su padre adoptivo.

No obstante, dijo que lo recuerda con amor y que en el caso de sus padres biológicos y hermanos, aunque los invitó a que asistieran en la canta misa, no llegaron.

“Ya habrá reconcilia­ción para ello, mientras tanto, bendigo a mi madre Leonor que me cuidó y me hizo un hombre de bien”, puntualizó.

 ?? Tomás Baños ?? Momento en que Pánfilo Cruz recibe la bendición de su madre adoptiva, Leonor Pérez, previo a la santa misa.
Tomás Baños Momento en que Pánfilo Cruz recibe la bendición de su madre adoptiva, Leonor Pérez, previo a la santa misa.

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