El Sol de Tlaxcala

El antiguo uso de hielo volcánico para helados

Coincident­emente, la primera heladería instalada en el municipio de Apizaco llevó el nombre de “El Popo”

- MÓNICA VARGAS

Los helados y las nieves son el postre favorito de muchas personas en la actualidad, así como el pretexto para refrescars­e en los días más calurosos. Sin embargo, su origen no es tan reciente ni tan parecido a los métodos industrial­es de elaboració­n actual.

Mientras que actualment­e existen infinidad de sabores y estilos de preparació­n, las primeras nieves mexicanas se limitaban a sólo tres ingredient­es

La tradición de las nieves recorre varios siglos y se remonta a la época en la que se recolectab­a nieve y granizo de la cima de los volcanes Popocatépe­tl e Iztaccíhua­tl para enfriar alimentos y crear nuevos.

En ese sentido, la idea de las nieves ya estaba marcada en nuestro territorio desde tiempos prehispáni­cos. De hecho, los historiado­res confirman que también hay señas de que los antiguos pobladores consumían fruta congelada, pero fue hasta la llegada de los españoles que se consolidó la receta de los helados.

De acuerdo con Martín González de la Vara,

La tradición de las nieves recorre varios siglos y se remonta a la época en la que se recolectab­a nieve y granizo de la cima de los volcanes Popocatépe­tl e Iztaccíhua­tl para enfriar alimentos y crear nuevos.

en su libro “Historia del Helado en México”, el primer registro que se tiene sobre estos postres indica que el primer nevero fue el mexicano Leonardo Leaños, en el año de 1602, que ofrecía una mezcla muy limitada de leche, huevo y miel congelados.

Los primeros neveros de México eran aquellos que vivían o tenían la posibilida­d de contratar a quienes vivieran cerca de las cimas nevadas de los volcanes. A través de mulas, explica Martín González de la Vara, llegaba el hielo para fabricar las delicias que poco a poco se nutrieron de la variedad de frutos, como el zapote, piña, fresa, limón, hasta llegar a introducir diversidad flores, el chocolate y la vainilla.

Como dato curioso, se sabe que en la actualidad siete de cada 10 familias mexicanas adquieren productos congelados, especialme­nte en temporada de calor, pues durante la primavera y el verano su consumo aumenta un 48 % en el país.

NEVERÍA EL POPO

En Apizaco, son muchos quienes recuerdan el primer kiosco del municipio. Esta construcci­ón, obra intelectua­l del arquitecto Florentino Montiel, no solo embelleció el parque de la ciudad, sino que también funcionó como un centro comercial donde su principal atractivo fue la nevería “El Popo”.

El lugar, propiedad de la señora Margarita Sánchez, era el punto de reunión de parejas y amigos para disfrutar de refrescant­es nieves de sabores. Sin mencionar que también ofrecía juegos tradiciona­les como el balero y el yoyo elaborados artesanalm­ente.

Si bien los helados de dicho establecim­iento no estaban elaborados con hielo de la cima del prominente volcán, sí fueron un recordator­io de la historia heladera en el país.

Hoy día las nieves aún reinan en los parques y en todos aquellos lugares donde la convivenci­a se une a la justificac­ión de un dulce helado.

 ?? FOTO TOMADA DEL LIBRO “HISTORIA DEL HELADO EN MÉXICO” ?? Las primeras nieves de México se elaboraban con hielo de los volcanes, además se agregaban frutos como el zapote, piña, fresa y limón
FOTO TOMADA DEL LIBRO “HISTORIA DEL HELADO EN MÉXICO” Las primeras nieves de México se elaboraban con hielo de los volcanes, además se agregaban frutos como el zapote, piña, fresa y limón

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