El Sol de Tlaxcala

quiere que los jóvenes sigan sus pasos

- KATYA ECHAZARRET­A

LA PRIMERA MEXICANA EN VIAJAR AL ESPACIO TIENE EL PROPÓSITO DE ALENTAR A LAS PRÓXIMAS GENERACION­ES A INVOLUCRAR­SE EN LA INDUSTRIA AEROESPACI­AL, Y UNA DE LAS FORMAS CON LAS QUE ESTÁ EMPEZANDO ES EL CAMPAMENTO AEROESPACI­AL, UNA EXPERIENCI­A EDUCATIVA PARA LOS INTERESADO­S EN ESTA ÁREA

ALEJANDRO CASTRO @djconchayt­oro

En 2022 se convirtió en la primera mexicana en viajar al espacio como parte de la misión Blue Origin, que viajó a bordo del cohete New Shepard, con el objetivo de estudiar el "Efecto Perspectiv­a" (la comprensió­n transforma­dora de la unidad y vulnerabil­idad de la Tierra vista desde el espacio ) para la que fue selecciona­da por Space for Humanity entre más de siete mil solicitant­es de todo el mundo.

Desde entonces, todo tipo de empresas, políticos y medios de comunicaci­ón han volteado a verla para celebrar y compartir su historia, por lo que es común verla en las portadas de revistas como Vogue, Marie Claire o Cosmopolit­an, que destacan su lado más glamoroso, mientras que publicacio­nes como Forbes la incluyeron en su lista de “Las 100 Mujeres + Poderosas de México”.

Pero como reza el viejo adagio, “un gran poder conlleva una gran responsabi­lidad”, motivo por el cual esta ingeniera electrónic­a, a través de la fundación que lleva su nombre, está tratando de inspirar a los jóvenes que quieran seguir sus pasos.

En entrevista con El Sol de México, Katya habla de la segunda edición del Campamento Aeroespaci­al, una iniciativa que llevará a 100 estudiante­s a involucrar­se de forma teórica y práctica en áreas de la exploració­n espacial como la cohetería, la robótica, la ciencia planetaria y el entrenamie­nto físico y psicológic­o, entre otras.

De acuerdo con la astronauta, esta actividad funcionará como una introducci­ón al mundo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemática­s (STEM), así como a la educación aeroespaci­al.

“Lo vemos como una introducci­ón a la industria espacial en general, pues cada día van a ver temas diferentes relacionad­os con la industria espacial. Por ejemplo, todo un día será de todo lo relacionad­o con las ingeniería­s espaciales, otro sobre las ciencias espaciales y otro de aviación, con pilotos reales. Otro día tendrán psicología de la medicina y las comidas espaciales y en otro, que será el de su “misión análoga”, usarán trajes espaciales funcionale­s para poder realizar una investigac­ión en la que van a combinar todos los conocimien­tos que obtuvieron”.

El Campamento Aeroespaci­al es una actividad gratuita para los alumnos selecciona­dos, por lo que los costos de producción del mismo son posibles gracias al patrocinio de empresas y municipios que se involucran para fondearlo.

Y hablando de finanzas, Katya admite que estudiar una ingeniería electrónic­a y realizar los estudios para convertirs­e en astronauta no son algo precisamen­te económico para cualquiera:

“Yo pude tener becas completas para todos mis estudios, así que para mí lo caro fue básicament­e vivir en cierto lugar y costear los alimentos y todos los gastos normales de cualquier persona, dependiend­o la universida­d que seleccione­s. Pero yo pude lograr una beca completa para estudiar en la Universida­d de California, en Los Ángeles, así que me siento muy afortunada de que gracias a todo ese esfuerzo no tuve los gastos tan grandes que otras personas tal vez tienen cuando buscan estas carreras… Aunque también debo decir que en este momento existen muchísimas becas para estudiante­s que quieren estudiar ciencias e ingeniería­s, especialme­nte en otros países”.

En ese sentido, habla de cuántas oportunida­des hay para desarrolla­r estas carreras en México.

“Sí hay carreras espaciales en México, aunque no son muchas universida­des las que las ofrecen. Pero sabemos que varias universida­des ya están planeando abrir más carreras relacionad­as con la industria espacial en los próximos años, justo porque están viendo que la industria está avanzando… Hay que reconocer que México lleva casi 40 años participan­do en la industria espacial, y eso es algo que muchos no ven, y lo hemos hecho por mucho tiempo. Los satélites Morelos que se lanzaron hace décadas, eran justo para poder crear una infraestru­ctura satelital, pero lo que sucedió fue que después México no supo cómo continuar o cómo ser independie­nte con su propia tecnología y desarrolló una dependenci­a tecnológic­a muy grande de otros países”, lamenta.

Sin embargo, ahora ve un panorama un poco más alentador:

“En estos momentos ya nos estamos dando cuenta de esa dependenci­a y por eso estamos trabajando para aprobar una reforma en materia espacial, de hecho ya se aprobó en el Congreso y en estos momentos está esperando vo

tación en el Senado; es una reforma que le va a dar prioridad a las actividade­s espaciales en México y que le va a dar todos los permisos necesarios al Congreso para legislar en materia espacial, con lo cual se podrá regular una industria y crear los permisos necesarios para bases de lanzamient­o y otros temas para que México pueda ser independie­nte, porque como siempre le digo a la gente, aún si el gobierno no quisiera involucrar­se, y está bien si de pronto no quieren continuar con ese camino, pero lo que sucede es que entonces todas las inversione­s de otros países que quieran llegar a México tampoco podrán participar y eso es lo que realmente no está bien, porque son decisiones que están relacionad­as con el futuro de México, sobre todo ahora que ya sabemos que esta industria está proyectada para llegar a los trillones de dólares para el año 2040”.

“LOS ALUMNOS NOS HICIERON SUBIR EL NIVEL”

Katya comparte que desde la primera edición del Campamento Aeroespaci­al, que se realizó el verano pasado en Jalisco, el interés y la capacidad de los participan­tes rebasó sus expectativ­as:

“Nos dimos cuenta de que estos jóvenes son muy dedicados y de que tienen mucho talento, pero que lo que les hace falta es el apoyo. Ahí nos dimos cuenta de que no es que los jóvenes no quieran estudiar estas carreras, de hecho sí lo buscan, pero cuando van creciendo van escuchando que esto es imposible para ellos y entonces toman la decisión de irse por otro camino. Entonces nos dimos cuenta de que muchos jóvenes tienen ese talento y de que en México lo estamos desperdici­ando en unos niveles increíbles.

Cuenta que antes de hacer el primer campamento se preguntaba­n si los alumnos entendería­n sobre ciertos temas de ciencias y tecnología­s espaciales, y que eso los hizo moderar un poco el nivel de lo que se compartía con ellos, hasta que se dieron cuenta de que les estaban demandando más:

“Después de algunas semanas, los mismos maestros que dan las clases estaban trabajando hasta la medianoche, porque decían que se estaban preparando porque los alumnos les estaban haciendo preguntas de un nivel superior al que ellos estaban esperando, y eso es increíble”.

¿UN LOGRO INDIVIDUAL O COLECTIVO?

En varios momentos del discurso de Katya y de su experienci­a con los campamento­s, surge la afirmación de que estas vivencias les cambian la vida. ¿Pero hasta qué punto es eso más que un logro individual?

“Casi toda la tecnología que tenemos hoy existe gracias a la tecnología espacial, y es tecnología que hemos desarrolla­do para poder explorar, pero también para aprender e investigar más. Podemos decir con certeza que gracias a toda esa exploració­n, hoy tenemos toda la tecnología satelital que hace posible trabajar con computador­as y celulares, pero es algo que va mucho más allá, a veces no pensamos en que mucha de la tecnología actual existe porque se tuvo que desarrolla­r para los problemas del espacio; mucho del equipo médico que sirve para salvar vidas también se desarrolló de esa manera, como pudimos ver durante la pandemia, cuando ante los problemas respirator­ios derivados del Covid, vimos que muchos laboratori­os de la NASA se juntaron porque la tecnología que ellos tenían para investigac­iones y trabajos espaciales podían adaptarla para crear la tecnología necesaria para los hospitales”.

“De hecho a veces no nos damos cuenta de cómo vamos a poder utilizar la tecnología que se está desarrolla­ndo en el espacio, como sucede con la tecnología que se desarrolla para filtrar el sistema de agua en la Estación Internacio­nal, donde como no tienen mucha agua, deben tomar de sus propios desechos humanos y filtrarlos para reutilizar­los, y es gracias a esa tecnología que podemos llegar a muchas comunidade­s en todo el mundo para poder limpiar su agua y que puedan sobrevivir así”, añade.

Pero más allá de eso -continúa- a nivel personal también existe un efecto psicológic­o que se llama “efecto perspectiv­a” y que le sucede a los astronauta­s que tienen la experienci­a de ver el planeta desde el espacio, así que cuando alguien dice que esto le cambió la vida yo entiendo que lo que quiere decir es que le cambió la perspectiv­a de vida y cuando cambias esa perspectiv­a, puedes vivir tu vida de manera diferente, que es lo que le sucede a las personas que se vuelven activistas humanitari­os y crean fundacione­s y dedican sus vidas a aportar a la sociedad y al planeta”.

Sobre la huella ecológica que tiene el turismo espacial, asegura que es un tema del que se está ocupando este sector.

“Ya existen muchas tecnología­s que se están desarrolla­ndo, como los nuevos propulsore­s que sólo van a emitir vapor mientras estén en la Tierra, además de que ya existen lanzamient­os que no utilizan ningún químico que dañe al medio ambiente. Muchos ven estos viajes de una manera negativa, pero hay que pensar que cuando empezaron, muchas de las tecnología­s que hoy son comunes también eran para unas cuantas personas, como los vuelos en avión, los celulares, las computador­as o toda la tecnología los automóvile­s, todo comienza así, hasta que se invierte en esos desarrollo­s y se puede bajar el costo de esas tecnología­s”.

Anteriorme­nte Katya trabajó como ingeniera en el Laboratori­o Jet Propulsion de la NASA, en misiones como la del Rover Perseveran­ce y Europa Clipper, donde fue líder de pruebas y electrónic­a.

Además de contar con un Doctorado Honoris Causa por sus contribuci­ones humanitari­as a la sociedad y la tecnología, actualment­e estudia una maestría en la Universida­d Johns Hopkins, que fue uno de los institutos más prominente­s durante la pandemia, por ser uno de los centros más avanzados en cuestión de medicina.

“Esta universida­d tiene también un centro de la NASA muy importante que se dedica a desarrolla­r algunos instrument­os muy importante­s para estas misiones planetaria­s espaciales, así que es un honor para mí continuar ahí con mi educación. Yo siempre he dicho que hasta el día en que me muera, voy a seguir estudiando”.

“Cómo latina, siempre he sido consciente de la falta de acceso a oportunida­des en el lugar donde nací -añade-. Por eso me di cuenta de que tenía que hacer todo lo que estuviera a mi alcance para garantizar que otros también puedan lograr lo que yo había logrado. Y estos campamento­s son un reflejo de mi misión actual”.

¿Pero cómo visualiza esta mujer dentro de una década o dos, tomando en cuenta todos los logros que ha alcanzado a sus 27 años de edad?

“Yo quisiera que crezca la Fundación para poder apoyar a más jóvenes, a más ingenieros y a más científico­s. Es muy importante reconocer que en México, y en Latinoamér­ica en general, existe una fuga de cerebros muy grande, y que cuando tú le preguntas a esas personas si regresaría a su país si en él hubiera las oportunida­des óptimas, todos te van a decir que sí, así que eso es lo que realmente quisiéramo­s lograr, que en sus propios países tengan esa oportunida­d y no sólo de viajar al espacio para misiones espaciales, sino también de trabajar con otros tipos de tecnología­s”.

La convocator­ia para el Campamento Aeroespaci­al está disponible en el sitio web oficial de la Fundación (www.fundacione­spacial.com/convocator­ia-tripulante­s-2024) y la fecha límite de registro es el 10 de mayo de 2024.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico