Francisco Fonseca
El ser
humano es libre, en cualquier parte, bajo cualquier régimen, en cualquier latitud para expresar sus ideas; nadie tiene derecho a coartarlas. Hoy y siempre, una pluma seguirá siendo el arma más poderosa del planeta. su extinción? ¿No fue allí donde por siglos árabes y judíos han tratado de exterminarse por la posesión de una tierra proféticamente prometida? ¿No ha sido allí donde el pontífice romano ha tratado de unir lo desunido y de juntar los pedazos de una historia largamente.
El oficio periodístico es difícil en cualquier parte del mundo. Pero en México se han incrementado de manera alarmante los asesinatos de periodistas. Cada vez con mayor frecuencia recibo los comunicados del querido amigo Teodoro Rentería Arróyave, directivo de varias organizaciones periodísticas informando de la muerte de otro comunicador. Y las autoridades responsables de la investigación, y los jueces, saben que esas agresiones son de fuertes grupos criminales que, seguramente, fueron denunciados en los cada vez más numerosos medios de comunicación. Y entonces fingen demencia.
El ser humano es libre, en cualquier parte, bajo cualquier régimen, en cualquier latitud para expresar sus ideas; nadie tiene derecho a coartarlas. Hoy y siempre, una pluma seguirá siendo el arma más poderosa del planeta. Todos quienes estamos dedicados a esta difícil y delicada profesión sabemos que en varios países se denomina como “maldito oficio” al trabajo de los periodistas que se juegan la vida día a día.
Repito una frase que ya mencioné anteriormente: “No se mata la verdad matando periodistas”.