Bendición de los animales
sabe que desde el siglo XV en algunos pueblos se acostumbraba que alguna hermandad dejara suelto un lechón para que durante el año los vecinos lo alimentaran hasta el 17 de enero cuando se rifaba, con la condición de que el ganador comprara un nuevo lechón para el año siguiente.
La Enciclopedia de Madrid (Planeta Serie Mayor) dice que la fiesta de San Antón Abad desde la Edad Media ha tenido altas y bajas: tuvo prohibiciones (siglo XIX, durante la República y en 1967 por entorpecer el tránsito), pero también resaltes (reinado de Isabel II) pues hasta la Infanta Isabel la "Chata" acudía, y toreros como Lagartijo y Frascuelo asistían montados a caballo con sus cuadrillas; en el franquismo iban los miembros de la guardia y hasta los animales del circo Price.
A partir de 1985 la fiesta recobró su sabor popular, por la mañana del 17 de enero se bendice a los animales domésticos y de compañía, por la tarde a los de la caballería de la Guardia Civil, a los perros del ejército y a los animales de los zoológicos que son transportados en sus jaulas.
Pedro Montoliú Camps, nombrado en 1999 por el ayuntamiento de Madrid como cronista de esa Villa, escribió en 2002 un relato diciendo que el 17 de enero se celebraba una fiesta delante de la ermita de San Blas, muy cerca del Parque del Retiro, en la que se llevaban a cabo lúdicas manifestaciones con la presencia de cerdos.
En nuestro país las novelas de Carlos Merino Fernández narran que en esa fiesta había “una promiscuidad de cristianos y animales”, dándose el caso de que el sacristán salió a reclamar el descuido de los dueños de los animales, pues vacas y toros se metieron al templo y llegaron hasta el altar mayor donde una de las bestias se comió el sombrero de paja del señor San José.
En Toluca, donde se tiene tanto gusto por el cerdo, todavía se pueden ver -cada vez menos- juegos de feria consistentes en atrapar puercos rapados y ensebados; pero todavía a fines del siglo pasado a mediados del mes de enero se podía ver a un perro color de rosa, a un gato azul, a un pato con collares, a un burro con sombrero o a un perico con corbata, todo era parte de la bendición de animales de un día como hoy.