Exoplanetas
Gaseosos
Los sistemas planetarios con mundos rocosos y gigantes gaseosos parecen ser más comunes de lo que se creía.
La antigua idea de que nuestro planeta era el centro del universo y de que el Sol, así como la Luna y los primeros planetas conocidos: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, giraban alrededor de la Tierra en copas divinas, ha sido desplazada desde hace varios siglos por la comprensión de que el sistema planetario al que pertenecemos, el Sistema Solar sólo es uno de muchos similares que podrían existir en torno a casi cada una de las 70 mil trillones de estrellas, que se calcula existen en el cosmos.
Con este número tan grande de estrellas, es muy probable que también exista un sinnúmero de planetas orbitándolas, llamados exoplanetas, y de entre estos muchos podrían ser “habitables”, es decir, susceptibles de ser habitados por la especie humana debido a sus favorables condiciones físico-químicas, como la composición de su atmósfera, su masa, volumen, densidad, radio, geología y temperatura promedio, así como la distancia a la que giran alrededor se su respectiva estrella. Conviene aclarar que el hecho de que un exoplaneta sea habitable no implica que en estos momentos nuestra civilización tenga la capacidad tecnológica para viajar hasta tal mundo y colonizarlo, pero saber de su existencia y de sus características resulta muy útil para comprender los orígenes y el derrotero de nuestro Sistema Solar, la Tierra incluida.
Por este motivo es que desde hace algunos años la misión denominada "Satélite de Exploración del Tránsito Exoplanetario" (TESS por Transiting Exoplanet Survey Satellite), de la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio estadounidense, la NASA, ha emprendido una búsqueda intensa de exoplanetas en todas las estrellas visibles para sus sistemas de detección. TESS logra detectar la existencia de algún exoplaneta al registra la composición espectral de la luz que emiten las estrellas y luego compararla con aquella que atraviesa las atmósferas de los distintos exoplanetas cuando cruzan entre su sol y las cámaras de la sonda.
Producto de este método se han encontrado unos diez mil exoplanetas, pero hasta ahora todos habían sido del tipo rocoso, como la Tierra, cuyas trayectorias orbitales son muy cercanas a sus estrellas y por tanto sus periodos de traslación resultan relativamente cortos. Sin embargo, un equipo de científicos decidió revisar nuevamente los datos almacenados durante años por TESS y encontró muchos más exoplanetas, ahora del tipo denominado gigante gaseoso, como Júpiter, cuyas órbitas son más amplias y sus periodos de traslación más prologados.
El reciente hallazgo es trascendente porque confirma que el modelo del Sistema Solar es común en el cosmos, además de que ayudará a conocer mejor la dinámica de formación de los sistemas planetarios, así como del proceso de enfriamiento de los gigantes gaseosos.